Pelicula:

Es curioso el destino de las continuaciones de las dos primeras películas de John McTiernan, Depredador y Jungla de cristal: grandes éxitos de taquilla en ambos casos, sus secuelas fueron encargadas a otros realizadores que confundieron la velocidad con el tocino y quisieron hacer nuevas versiones en las que la relativa sutileza de McTiernan es sustituida por un infierno de disparos, cañonazos, incendios y todas las catástrofes habidas y por haber.


Decía Cecil B. De Mille, ahora tan olvidado, pero que algo sabía de este negocio extravagante que es el cine, que una película tenía que comenzar con un terremoto, seguir con una inundación, y después continuar hacia arriba. Parece que Stephen Hopkins, el director de Depredador 2, se ha quedado con la cáscara de esta "boutade", olvidando el corazón de fruta tan alegórica, y así, ha amontonado escenas de acción sin cuento (mejor dicho, con mucho cuento), en un paisaje de futuro próximo y, como es habitual pecando de "optimismo": los clanes de la droga colombiana y jamaicana dominan algunos barrios de la Los Ángeles, donde la Policía se ve impotente para contrarrestar a unas mafias armadas hasta los dientes.


En ese paisaje apocalíptico se produce la muerte brutal de varios delincuentes y también de algunos policías, Un teniente negro, famoso por saltarse las normas a la torera, comprende que un ser que no es de este mundo está cazando en la Tierra, y que sus compañeros y él mismo, así como los delincuentes y todo el que porte un arma, puede ser objeto de su depredación. Para darle algo de color a la exigua trama se incluye una rivalidad con un agente del FBI que pretende capturar al alienígena.


Pero ciertamente todo es un puro pretexto para poner en marcha a los chicos de los efectos especiales y a los especialistas en el doblaje de las escenas de acción. Tan corta excusa argumental está estirada indefinidamente, a base de prolongar "ad nauseam" los enfrentamientos entre el negro y el bicho. Los últimos tres cuartos de hora son un constante rifirrafe entre el policía y el alienígena, con constantes resurrecciones del monstruo, que no termina de morirse nunca. Así las cosas, la atmósfera de tensión se pierde pronto, y lo que el espectador pide con vehemencia es que el depredador se muera de una vez por todas.


Danny Glover, el esforzado coprotagonista de Alma letal, se gana el jornal más por lo que suda y corre que por lo que habla. Gary Busey ha conocido tiempos mejores, y María Conchita Alonso y Rubén Blades se defienden bien en sus cortos papeles. Pero la estrella, en sentido estricto, es Kevin Peter Hall, que presta su físico hercúleo a la quincalla inventada por Stan Winston para forrar al depredador.



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108'

Año de producción

Depredador 2 - by , Sep 19, 2018
1 / 5 stars
La velocidad y el tocino