Pelicula:

[Esta película forma parte de la Sección Oficial del 21 Festival de Cine Europeo de Sevilla (SEFF’2024)]

El alcoholismo como tema, aunque se toca con frecuencia en muchas películas, no es tan habitual que sea “el tema” por excelencia de un film. Quizá sea un tópico recordar las dos grandes películas sobre esta adicción, las clásicas (y espléndidas) Días sin huella (1945), de Billy Wilder, y Días de vino y rosas (1962), de Blake Edwards (paradójicamente, dos cineastas que se hicieron famosos por sus comedias, quizá por aquello del cómico trágico), pero también la más moderna Leaving Las Vegas (1995), de Mike Figgis (aunque en esta había un componente de corte claramente suicida), y la prácticamente contemporánea Otra ronda (2020), de Thomas Vintenberg.

El cine español ha tocado poco el tema, al menos de forma principal. Esta Desmontando un elefante es una de las pocas muestras de nuestro cine que lo hace frontalmente, si bien nos parece que el resultado no acompaña demasiado. La historia se ambienta en nuestro tiempo: en la primera escena vemos a Marga, una mujer quizá en la cincuentena, dormida en su casa; pronto nos damos cuenta de que lo que tiene es una cogorza importante, y también que al fondo, en la cocina, hay un fuego que empieza a tomar proporciones pavorosas. Cuando entra la hija, Blanca, tendrá que apagar las llamas y sacar a la madre de la vivienda. Tiempo después vemos a Marga, que ya ha salido de la clínica de desintoxicación en la que ha ingresado, intentando, poco a poco, volver a la vida normal, con sus rutinas, sus terapias, sus reuniones de alcohólicos anónimos... Blanca, entre tanto, sigue con los ensayos de la obra de ballet que está preparando con un grupo de danza clásica...

Aitor Echeverría (Barcelona, 1977) se graduó en la prestigiosa ESCAC en la disciplina de dirección de fotografía, en la que ha realizado la mayor parte de su carrera, aunque también ha grabado varios audiovisuales de videodanza y realizado sus pinitos como director cinematográfico, hasta ahora en formato cortometraje, como en Morir cada día. Ahora debuta con esta Desmontando un elefante, que trata centralmente el tema de la adicción al alcohol y su devastadora acción en la familia, en este caso una familia pudiente, con la madre (la alcohólica) arquitecta, el padre médico, la hija bailarina, más otra en Francia que acaba de tener un bebé; Echeverría mezcla esta historia de autodestrucción con otra de sus pasiones, la danza en formato audiovisual, con algunos números (fundamentalmente presentados como ensayos) de ballet, a los sones de Vivaldi, que son ciertamente muy hermosos.

Pero la acción central, la de la lucha contra el alcoholismo de la protagonista y cómo ello afecta a su familia (principalmente a Blanca, la hija bailarina, pero también al marido, Félix, aunque este parece finalmente dimitir de su implicación) nos parece que no ha estado afortunada: por supuesto es un empeño absolutamente elogiable, intentando visibilizar un problema, el del alcoholismo, que es gravísimo y afecta a miles, quizá cientos de miles de personas en España, que no saben que son adictos; aquí, además, se busca poner el foco no solo en la persona afectada por la adicción, sino en cómo afecta a su entorno familiar, cómo algunos se implican (quizá demasiado...), cómo otros dimiten, como decíamos antes del marido, cómo se convierte ese alcoholismo en “el elefante en la habitación” al que alude el título de la película, y al que citan expresamente en las reuniones de alcohólicos anónimos.

Las intenciones, entonces, las mejores; los resultados, nos tememos, más bien regulares, o mejor dicho, irregulares, yéndose casi toda la fuerza, especialmente en planteamiento y nudo, en focalizarlo todo en Marga, la adicta, para verla luchar a base de rutinas, a base de ocupar obsesivamente el tiempo, incluso con un horario “ad hoc”, a base de repetir en voz alta cualquier cosa que haga, como ese “abro el grifo, lleno el vaso, cierro el grifo” que repite varias veces, en cada ocasión que quiere beber agua. Sí, todo eso está muy bien, pero no nos transmite gran cosa, más allá del esfuerzo denodado de la persona adicta para no recaer.

El último tramo nos parece que mejora, cuando aflora realmente el tema del film, la necesidad de que cada persona tome su camino, y cómo, en el fondo, eso será bueno para todos, incluso para la adicta. Pero, llegados a ese punto, ya nos hemos tragado casi una hora redundante en la que la película apenas avanza y lo que se nos cuenta no interesa demasiado.

Echeverría es un cineasta que nos parece todavía un tanto verde desde el punto de vista de la personalidad creativa, aunque, eso sí, la película está correctamente filmada; fotográficamente, por supuesto, es irreprochable, que para eso la cámara es su oficio. Lo mejor, sin duda, la interpretación, en especial la de las dos mujeres que encabezan el reparto, una estupenda Emma Suárez, en un papel complejo que ella matiza muy bien, y no digamos la siempre espléndida Natalia de Molina, que se luce en el papel de la hija que no quería abandonar a su madre alcohólica, sin saber que, quizá, eso era precisamente lo que necesitaba...

(09-11-2024)


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82'

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Desmontando un elefante - by , Nov 09, 2024
2 / 5 stars
"Abro el grifo... lleno el vaso... cierro el grifo..."