Divertimento

CINE EN PLATAFORMAS

ESTRENO EN FILMIN. Disponible también en Apple TV, Movistar+ y Rakuten.

Los anglosajones llaman cine “feel good” (literalmente “sentirse bien”) a las películas en las que, aunque en su transcurso haya problemas, a su conclusión siempre se superan las dificultades que se han ido encontrando en el camino y los personajes salen adelante con optimismo y (más o menos...) felicidad, sentimientos que lógicamente se transmiten al espectador. En otro tiempo este cine “feel good” ha tenido cierta mala prensa, mayormente entre "la canallesca" (también conocida como "la crítica"...), pero hoy en día, con la veta que exploró por primera vez Breaking bad, haciendo del villano un personaje atractivo y todo un ejemplo a seguir, esto del “feel good” es casi revolucionario: vamos, que la gente salga del cine sin querer pegarse un tiro o pegárselo al prójimo, habrase visto, a dónde vamos a parar...

Pues Divertimento es un buen ejemplo de, efectivamente, cine “feel good”, en su modalidad artista incomprendido que ha de luchar contra todos los elementos habidos y por haber para conseguir realizarse como el genio (la genio, en este caso; la RAE no admite “genia”, aunque habría que repensar eso, señores académicos...). Si además, como es el caso, se trata de hechos reales, de una historia con base verídica, pues miel sobre hojuelas...

La acción se desarrolla en  Francia, en 1995, en el seno de una familia de origen magrebí, siendo los padres inmigrantes de primera generación, y sus hijas mellizas de 17 años Zahia y Fettouma ya de segunda, plenamente integradas en la sociedad francesa, también como sus progenitores. Todos son melómanos, mayormente por influencia paterna; las hijas, de hecho, se forman, además de en los estudios reglados para su edad, en el conservatorio de música, aprendiendo a tocar instrumentos musicales. Zahia, además, quiere ser directora de orquesta, pero para ello se encontrará con todos los problemas del mundo, desde el desdén de sus compañeros hombres hasta el rechazo de los profesores, e incluso de un inesperado mentor que consigue, el maestro de fama internacional Sergiu Celibidache, de origen rumano pero afincado en Europa Occidental (Alemania, pero también Francia, donde murió en 1996), quien inicialmente mostró reticencias hacia la vocación de Zahia, hasta que se dio cuenta del talento natural de la joven para la dirección orquestal...

Divertimento es, como decimos, un buen ejemplo de cine “feel good”, como podrían serlo, por poner algunos títulos, films como El club de los poetas muertos o Los chicos del coro, o más recientemente, El viaje a París de la señora Harris. Su directora, la francesa Marie-Castille Mention-Schaar, vivió buena parte de su juventud en Estados Unidos, donde escribió para la mítica revista cinéfila Hollywood Reporter; de vuelta a Francia ya a principios de este siglo, comenzó a dirigir películas, habiendo puesto en escena ya siete largometrajes, del que solo nos ha llegado a España la interesante La profesora de Historia (2014). Su cine es muy ecléctico, aunque generalmente trata de relaciones entre seres humanos, gustando del mentado cine “feel good”, pero no solo exclusivamente de éste.

Esta su nueva película está rodada con profesionalidad, es verdad que sin subrayados, lo que quizá haya que agradecérselo en este oficio en el que, hoy día, todo el mundo se cree un genio y quiere dejar su impronta en pantalla... Mention-Schaar se dedica sencillamente a contar, con calidez, con cercanía, la historia verídica de esta Zahia Ziouali, con sus fuertes encontronazos con sus colegas, mayormente los chicos, que la despreciaban (quizá también la temían) por atreverse a intentar una profesión, la de la dirección de orquesta, que entonces (ahora tampoco es que haya mejorado mucho...) era prácticamente exclusiva de hombres. Tampoco el hecho de ser inmigrante de país africano la ayudó mucho, a pesar de su plena integración. Es esta, entonces, una historia de superación, uno de los veneros esenciales del “feel good”, y Mention-Schaar traza con pulso firme ese retrato de esta a su manera heroína, porque había que serlo para enfrentarse a todo y a todos, incluida ella misma, para conseguir su propósito.

Tiene Divertimento algún problema con los espectadores no melómanos, que pueden cansarse de una música que, para los que lo somos, es (nunca mejor dicho) “música celestial”, porque en la película abundan las escenas de ensayos de fragmentos de composiciones clásicas, como la Sinfonía del Nuevo Mundo de Dvorak, el ballet Romeo y Julieta de Prokofiev, la Sinfonía del Reloj, de Haydn, y, sobre todo, el Bolero de Ravel, que se toca al comienzo y al final, cerrando el círculo desde la primera vez que la joven Zahia escucha en televisión al maestro Celibidache dirigiendo esa partitura, hasta el final (atención: ¡spoiler!), cuando sea ella la que la dirija, en una emocionante “performance” callejera, a modo de “flashmob” o acción artística supuestamente espontánea. Porque la audición para el no melómano de esas hermosas composiciones, que en algunos casos se repiten en varias ocasiones (por ejemplo, fragmentos del Romeo y Julieta), puede actuar en contra de la amenidad del film. Con todo, nos parece un reproche menor, inevitable teniendo en cuenta el carácter de la película, y que esa reincidencia tampoco es demasiado llamativa.

Especial mención para algunas escenas en las que la directora, saliéndose de la línea prefijada, el biopic de esta actualmente consolidada directora de orquesta (como nos informan los correspondientes créditos finales), nos presenta a la protagonista a la escucha de sonidos no estrictamente musicales, aunque tengan su propio ritmo interior: el ruido amortiguado del metro en marcha, el de unos huevos siendo batidos en un plato, el suave ulular del viento entre los árboles... sonidos que, en su armonía, también conspirarán en la mente de la futura directora para insuflarle algunas de las virtudes inherentes al buen director (aquí buena directora...) de orquesta: coherencia, racionalidad, pero sobre todo espíritu artístico, alma...

Hermosa película, entonces, esta Divertimento, que nos reconcilia con el ser humano, en estos tiempos en los que tal cosa es tan difícil... Buena interpretación del dúo femenino protagonista, en especial Oulaya Amamra, que hace de la futura directora orquestal, una joven actriz de ya apreciable filmografía, que consigue hacer creíble su personaje, la mujer que quería ser lo que en su tiempo se le negaba a la generalidad de las mujeres; entre los secundarios descuella, por supuesto, el gran Niels Arestrup, que añade con su interpretación del maestro Celibidache otro gran papel a su larga y fecunda carrera. Curiosamente, aparece Ariane Ascaride, la musa del combativo Robert Guédiguian, en el papel de la esposa del maestro rumano, pero sin pronunciar una palabra, más cerca del cameo que del rol propiamente dicho...

(03-11-2023)