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Luis César Amadori fue un cineasta argentino (aunque nació en Italia, su familia emigró al país sudamericano cuando tenía 5 años) que hizo parte de su carrera en su país de adopción, aunque la última etapa, por motivos políticos, tuvo que desarrollarla en España. Amadori empezó a dirigir en 1936, y hasta 1955 fue uno de los cineastas argentinos de mayor éxito, trabajando igualmente la comedia y el drama. Dada su marcada significación peronista, a la caída del General Perón en 1955, derrocado por un golpe militar, tuvo que huir del país, perseguido por sus ideas, afincándose en España, donde desarrollaría prácticamente el resto de su carrera.

Lo cierto es que en España, al menos en sus primeros años, Luis César Amadori encadenó varios éxitos comerciales que le hicieron bastante popular dentro del cine español de la época. Así, dirigió a Sara Montiel en La violetera (1958) y a Alberto Closas y Analía Gadé en la versión al cine de la entonces famosa obra teatral de Joaquín Calvo Sotelo Una muchachita de Valladolid (1958). Posteriormente su cine se fue desinflando, aunque aún tuvo algunos éxitos esporádicos en el subgénero de niños y adolescentes cantantes (que habían inaugurado en los años cincuenta Joselito y Marisol), convirtiéndose en uno de los principales valedores de la entonces estrella emergente Rocío Dúrcal, en films como Más bonita que ninguna (1965) y Acompáñame (1966), entre otros.

Amadori no fue nunca un gran director, si bien es cierto que técnicamente era solvente, sus películas suelen contar con buen ritmo y están bien contadas y planificadas, aunque no se puede decir que fueran un dechado de personalidad. Uno de los grandes éxitos, quizá el mayor, de su primera época en España fue precisamente esta almibarada ¿Dónde vas, Alfonso XII?, cine monárquico donde los haya, que ponía en la pantalla la adaptación al cine de la obra teatral homónima de Juan Ignacio Luca de Tena, de gran éxito en las tablas en la segunda mitad de los años cincuenta.

El éxito comercial de ¿Dónde vas, Alfonso XII? fue de tal calibre que tuvo incluso una continuación no autorizada, ¿Dónde vas, triste de ti?, con dirección de Alfonso Balcázar, que ponía en imágenes la historia de amor del mismo rey con su segunda esposa, María Cristina, que sería regente a la muerte del monarca.

Estamos ante la historia del Borbón de la Restauración de 1875, Alfonso XII, y su historia romántica con su prima la aristócrata María de las Mercedes, hija de los duques de Montpensier, y cuyo título se refiere precisamente a la copla popular que pregunta “¿Dónde vas, Alfonso XII/, dónde vas, triste de ti/ Voy en busca de Mercedes/ que ayer tarde no la vi”. El matrimonio entre ambos duró solo unos meses, al enfermar gravemente la reina y morir poco después.

Con un hermoso color (obra del gran José F. Aguayo, uno de los mejores operadores de la época), una muy buena utilización de los escenarios naturales y arquitectónicos, además de una puntillosa recreación en vestuario, peluquería, maquillaje y atrezzo, lo cierto es que el filme, sin embargo, hoy día se queda viejo de puro rancio, un cine periclitado que tiene su mayor encanto quizá en su (involuntario) tono kitsch. Vicente Parra compone un empalagoso monarca de revista del corazón, y Paquita Rico resulta una convincente enamorada. Buen reparto de secundarios, con algunos imprescindibles de la época (Blanco, Davó, Dafauce, Riquelme) y otros que lo serían pocos años después (Ponte).


¿Dónde vas, Alfonso XII? - by , May 18, 2019
1 / 5 stars
Empalagosa historia romántica