Pelicula:

David Wagner (Viena, 1982) es un director, guionista, director de fotografía y ocasional ayudante de dirección austríaco que, desde principios de este siglo, viene elaborando una filmografía mayormente compuesta de cortos, aunque también con alguna serie televisiva, en la que trata fundamentalmente temáticas LGTBI. Ahora, cuando salta al largometraje de ficción, lo hace también con un asunto de interés gay, basándose en hechos reales ocurridos en Austria en este mismo siglo XXI, hace alrededor de un decenio.

La acción se desarrolla en Viena, en la década de los años diez de esta centuria. Asistimos al acto de alistamiento de los aspirantes a soldados del ejército austríaco. La acción se centrará en el recluta de origen yugoslavo Mario Falak y en el severísimo instructor subteniente Charles Eismayer. Este es, efectivamente, un durísimo entrenador de los futuros soldados, a los que trata sin conmiseración alguna. Con Falak, sin embargo, parece que Eismayer ha encontrado la horma de su zapato, siendo un tipo rebelde que parece no tenerle miedo. Cuando el estricto subteniente se entera de que el soldado de origen yugoslavo es homosexual, todo empezará a cambiar...

La homosexualidad no es precisamente una cualidad demasiado apreciada en los ejércitos de cualquier parte del mundo; con independencia de que actualmente está más o menos tolerada en bastantes de ellos, fundamentalmente en los del llamado Primer Mundo (Estados Unidos y Canadá, Europa Occidental, Australia, Japón y poco más), en general la figura del “maricón” o la “bollera” (por decirlo con los zafios insultos habituales en estos casos) en las milicias del resto de los países es poco menos que inimaginable. Austria pertenece a ese Primer Mundo del que hablamos, y allí, aunque un tanto a regañadientes, y a remolque de una sociedad que, desde luego, avanza mucho más rápida que sus servidores de uniforme, los gays, lesbianas y resto de denominaciones generalmente agrupadas en las siglas LGTBI, suelen gozar de una razonable dosis de respeto y aceptación.

Otra cosa es que los propios miembros del colectivo de soldados que a su vez son miembros del colectivo arco iris den el paso de salir del armario o, por decirlo con un lenguaje más apropiado al estamento militar, salir de la garita. Esta es la historia verídica de este subteniente Eismayer al que la aparición de un soldado abiertamente gay puso ante su propia contradicción, la de un chico marica que en su juventud fue enviado al ejército como forma de “curar” esa supuesta enfermedad, y cómo durante años se negó a reconocer lo que era, casándose, teniendo un hijo, mientras se comportaba con tremenda dureza con sus subordinados, quizá como forma de reafirmarse en una virilidad que él mismo sabía tan falsa.

Wagner hace con este su primer film de largometraje, pero lo cierto es que no se nota: es cierto que la película tiene una duración cortita, sin llegar a la hora y media, y que quizá su sustancia argumental esté un poco alargada para cubrir el estándar horario habitual, pero ello no desentona, sobre todo porque estamos acostumbrados justamente a lo contrario, a los que ruedan más de dos horas y le sobran muchos, muchos minutos...

Gusta la película por el estilo desplegado por David Wagner, que como decimos no parece un novato: se ve que la escuela del corto es ciertamente excelente para (al margen de las propias bondades del formato) foguear a los cineastas y cincelarles una personalidad propia: es el caso; gusta su interés por los encuadres exactos, por las perspectivas armónicas, quizá como trasunto de la vida aparentemente perfecta del subteniente; gusta la exquisita calidad de imagen, la narrativa sobria y sin aspavientos, en los que resalta aún más la dureza de pedernal del subteniente y su paulatina evolución conforme va asumiendo su propia condición sexual, su propia condición humana; gusta, en fin, la interesante simbología que propone Wagner, con ese plano inicial filmado dentro de lo que parece un caserón abandonado y sin techo, sobre el que nieva inmisericorde, caserón que iremos viendo de nuevo, intermitentemente, a lo largo de la película, con la cámara buscando progresivamente el exterior, como una metáfora de la salida del armario (o de la garita, como decíamos) del subteniente, como metáfora de búsqueda de una escapatoria para su “cul-de-sac”, para el callejón sin salida en el que se ha convertido su vida; o (atención: “spoiler”) esa cara manchada de betún de las escenas finales, ese rostro del subteniente ennegrecido tras besar apasionadamente a su amor delante de todos sus compañeros, como símbolo de su salida (ahora sí) del armario con todos sus avíos.

Es cierto que la historia del duro suboficial que maltrata a sus reclutas no es nueva; cabría recordar, con diversos matices, films como La chaqueta metálica, Jarhead o El sargento de hierro, entre otras muchas, pero aquí hay un par de circunstancias que le confieren una diferenciación evidente: la primera sería que este sí es un personaje real, que existió (y existe, porque aún vive cuando se escriben estas líneas), con lo que no estamos ante un rol inventado sino auténtico, muy auténtico; la segunda, que esa dureza se irá matizando, limando, conforme el personaje va asumiendo lo que es, conforme va soltando lastre del macho absoluto que aparentaba ser.

Película seca, sin subrayados, con pocas explicaciones, porque estas se deducen de las imágenes, presenta la íntima tragedia de un hombre compelido a actuar como lo que no es, en lo que supone otra novedosa perspectiva sobre la salida del “closet” de las personas LGTBI, aquí en un microcosmos, el militar, en el que ni siquiera en la muy avanzada, liberal y cosmopolita Austria del siglo XXI deja de tener detractores.

Acertada interpretación de los protagonistas, en especial del actor que encarna al duro instructor, Gerhard Liebmann, un veterano curtido en mil batallas audiovisuales que aquí da el do de pecho en un personaje complejo, que debe ser a la vez diamantinamente duro y delicadamente vulnerable.

(14-06-2023)


Dirigida por

Género

Nacionalidad

Duración

87'

Año de producción

Trailer

Eismayer - by , Jun 15, 2023
3 / 5 stars
Salir de la garita en vez del armario