Se le ha dado mucha leña a este "remake" norteamericano de "La maldición", realizado por el propio director japonés del original, Takashi Shimizu, y con muy escasas variaciones. Pero creo que las críticas son parcialmente infundadas: no estamos ante un filme trascendente, sino ante un entretenimiento que aspira exclusivamente a aterrorizar sanamente (ya sé que hay quien cree que ambos términos son antitéticos: ellos se lo pierden...), y ese objetivo lo cumple holgadamente. Porque, como en el original, pero aquí con protagonistas y personajes principales norteamericanos, Takashi Shimizu consigue una atmósfera de terror más que aceptable. El escalofrío que recorre el espinazo del espectador es genuino, no impostado, sobre todo en las escenas en las que aparecen los dos fantasmas principales, además con buena dosis de inventiva cinematográfica: ese niño espectral que aparece, sucesivamente, a través de las ventanas del ascensor de todos y cada uno de los pisos del edificio de una de las víctimas; esa mujer fantasmal cuya aparición viene precedida inexorablemente por una amenazante melena de pelos reptantes que pone los ídem de punta... Aunque para mi gusto, la mejor es la que combina acertadamente el terror tenebroso con el tecnológico, a través de la cinta de vídeo en la que se materializa la imagen del fantasma de la mujer para finalmente dirigirse directamente al incauto policía que la está visionando.95'