El cineasta norteamericano de origen armenio Richard C. Sarafian dirigió este western cuando el género norteamericano por antonomasia estaba prácticamente moribundo, por no decir muerto. El hombre que amó a Cat Dancing narra la historia de una mujer que dirigirá una banda de pistoleros, hasta llegar a labrarse una reputación de mujer legendaria, un poco en la línea de la verídica (aunque tan falseada) Calamity Jane. Su encuentro con un hombre de su misma dura condición hará saltar chispas.
Se trata de un “wéstern” que marca ya la recta final de un género reducido desde entonces a un título cada tres o cuatro años, y que es evidente que nunca más volverá a ser el género preponderante que fue.
Protagoniza Sarah Miles, por entonces muy de moda tras el éxito de La hija de Ryan (1970), junto a Burt Reynolds, que cultivaba por aquella época exclusivamente el “look” de hombre duro, de “macho man”, sin la autoparodia y el toque cómico de posteriores filmes suyos, que, hay que reconocerlo, le ha dado un tono más humano y cómplice. Completan el reparto el ya madurito George Hamilton y el viejo y bueno Lee J. Cobb, inolvidable patriarca del mítico serial televisivo El virginiano., y anteriormente igualmente memorable en una de las obras fundamentales de Elia Kazan, La ley del silencio (1954).
(05-09-2007)
114'