Pelicula:

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El conocido como “affaire Dreyfus” fue uno de los momentos clave de la Historia moderna de Francia, un tema que trascendió su propia entidad de turbio asunto en el que se empapeló a un inocente por su etnia judía, para convertirse en un auténtico proceso a un sistema, el de la Tercera República, minado por nacionalismos extremos que ocultaban intereses personales (en eso no se ha cambiado mucho, ni en Francia ni en el resto del mundo...).

La historia que nos cuenta Polanski se basa en el libro de ficción histórica de Robert Harris, An officer and a spy, publicado en 2013 en el Reino Unido por Hutchinson, que se ajusta razonablemente, novelándolos, a los hechos acontecidos entre finales del siglo XIX y principios del XX en Francia. El capitán Alfred Dreyfus, del Estado Mayor, es acusado y condenado a cadena perpetua por, supuestamente, espiar para Alemania, en aquel entonces enemiga latente de la república gala. El oficial Picquart, ascendido a Coronel cuando se le encomienda el departamento de Información del régimen (para entendernos, la agencia de espionaje de la época), descubre que el presunto espía fue realmente otro, por lo que intenta que sus superiores accedan a revisar el caso de Dreyfus (que se pudre en la Isla del Diablo) y juzgar al traidor real. Pero el oficial se encontrará con una férrea barrera que busca encubrir los errores del sistema, y que preferirá mantener a Dreyfus como villano absoluto porque ello refuerza las tesis antisemitas de la sociedad francesa de la época...

Lo cierto es que, para nuestro gusto, El oficial y el espía (que retoma en español el título inglés de la novela de Harris, aunque el original francés del film, J’accuse, “Yo acuso”, remite al famosísimo artículo de Emile Zola que denunció la felonía de los poderes públicos en aquel ominoso “affaire Dreyfus”), comienza con ciertos titubeos, con el consejo de guerra y la deshonrosa retirada pública de los galones e insignias militares al supuesto traidor, y durante cierto tiempo, mientras nos vamos enterando de quién es Picquart, la trama avanza con lentitud y sin mucho interés. Menos mal que a partir de la media hora, aproximadamente, cuando el oficial ya está al mando de los espías franceses de la época (que parecen enteramente de la T.I.A. de Mortadelo y Filemón, de pencos y garrulos que son...), el film toma impulso y ya no lo suelta hasta el final, en un relato que, ciertamente, es un bombón para cualquier “racconteur”, para cualquier contador de historias, teniéndolo todo: compleja conspiración con espías y dobles espías, humillación hacia el inocente, injusticia por razones étnicas, cortinas de humo para despistar a la opinión pública, gallardía y honestidad a todo trance del oficial que supo ejercer un arriesgado papel en aquella farsa para desenmascararla, la supuesta “razón de estado” como supremo argumento para justificar felonías, intensa intriga...

Polanski, que es perro viejo, ha intuido con buen criterio que debía hacer una película de maneras clásicas, sin florituras ni búsquedas narrativas extrañas, porque la historia en sí misma ya es suficientemente potente, suficientemente subyugante para poder presentar una obra interesante, sólida, bien narrada y que prende con facilidad en el espectador, una vez salvado ese inicial bache citado. Con ello el cineasta franco-polaco se redime de algunas de sus últimas extravagancias, como Un dios salvaje (2011) y Basada en hechos reales (2017), aunque desde luego no llega, ni de lejos, a sus obras maestras, que serían, a nuestro juicio, Repulsión (1965), Chinatown (1974) y Tess (1979).

El “affaire Dreyfus” tiene en cine una larga tradición; tanta, que ya Georges Méliès, en fecha tan temprana como 1889, llevó a la pantalla varios de sus momentos culminantes en una serie de cortometrajes iniciado por el titulado L’affaire Dreyfus; con posterioridad los títulos más populares fueron la angloamericana Yo acuso (1958), dirigida y protagonizada por José Ferrer, y la TV-movie Prisioneros del honor (1991), dirigida por Ken Russell, que jugaba con la curiosidad de que el personaje de Picquart lo interpretara Richard... Dreyfuss, el actor yanqui, de apellido casi homónimo al del pobre infeliz protagonista de aquel disparate judicial y político.

Esta nueva versión de Polanski quizá no sea la más ajustada a la verdad histórica (siempre controvertida en este tipo de asuntos), pero sí es cierto que probablemente sea la más entonada, la más cinematográfica y la que quede como históricamente referencial; recordaremos a Gertrude Stein, la escritora norteamericana, cuando dijo a Picasso que su retrato no se parecía a ella, a lo que el pintor malagueño le espetó: “algún día tú te parecerás a ese retrato”... Por la misma regla, esta costeada, brillante versión de lo sucedido en el “affaire Dreyfus”, nos parece que quedará como el canon de lo que sucedió realmente en aquel penoso asunto que provocó no solo la ruina vital de un hombre inocente, sino también convulsionó la vida política de Francia durante dos décadas.

Sobre el reparto, nos parece muy acertada la elección de Jean Dujardin para el personaje protagonista del oficial Picquart, confiriéndole el actor los valores de honestidad, integridad y valor que se le suponían a aquel coronel que se jugó literalmente la vida por hacer lo correcto; Emmanuelle Seigner da la impresión de que aparece más por ser la mujer de Polanski que por otra cosa, porque su papel poco aporta a la trama; ella es buena actriz, y aquí está bien, pero nos parece que si se hubiera eliminado su personaje la historia habría tenido igual validez; en cuanto a Louis Garrel, nos ha parecido sobreactuado: tenemos la impresión de que Garrel se mueve mejor en historias románticas, donde puede lucir su evidente apostura, que en otros empeños en los que hace falta más voltaje interpretativo, que, a la vista de su actuación aquí (el mismísimo Dreyfus, nada menos), no parece muy elevado que digamos. Del resto nos quedamos con la sobriedad de algunas vacas sagradas de la interpretación gala, como Vincent Perez o Mathieu Amalric, si bien Melvil Poupaud nos parece demasiado histriónico y poco adecuado a su personaje.

(08-01-2020)


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132'

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El oficial y el espía - by , May 30, 2020
3 / 5 stars
Yo acuso...