El país de los sueños

Estreno en Netflix.

Winsor McCay fue un famoso dibujante de cómics norteamericano que realizó la mayor parte de su carrera en las tres primeras décadas del siglo XX. Su mayor contribución al cómic fue la muy popular tira titulada Little Nemo in Slumberland, que se publicó en distintos periódicos a lo largo de muchos años, convirtiéndose en una referencia en su disciplina. El cine ha intentado varios acercamientos a estas historias, siendo la más conocida la titulada El pequeño Nemo (1989), film de animación japo-norteamericano, dirigido por Masami Hata y William T. Hurtz.

Ahora, con el patrocinio de Netflix, se ha hecho este nuevo acercamiento al personaje de McCay, si bien es cierto que con numerosas variaciones, entre ellas la del cambio de sexo del protagonista, aunque no de nombre; así, conocemos a Nemo, una niña de 11 años que vive en un faro con su padre, Peter, en un islote en medio del mar. La relación de ambos es idílica y la niña vive feliz. El padre le cuenta siempre por las noches aventuras supuestamente sucedidas a él y a un personaje fantástico llamado Flip. Pero cierto día Peter es llamado para auxiliar a un barco a la deriva. Nemo se queda sola, como otras veces, pero a la mañana siguiente le visitan los guardacostas para comunicarle que su padre ha fallecido en el rescate del barco. La niña es puesta entonces bajo la tutela de Philip, hermano menor de Peter, con el que no se llevaba bien... Philip resulta ser un tipo de lo más aburrido, vendedor de picaportes y pomos de puerta, así que la niña empieza a escapar a un mundo de sueños habitado por los personajes que le contaba su padre...

Lo cierto es que la versión que Francis Lawrence (el director de la saga Los juegos del hambre, para que nos situemos...) ha hecho del cómic clásico, como hemos dicho, se aparta sustancialmente de él, y no solo por el cambio de sexo del pequeño protagonista, sino también por la muy diferente fisonomía de Flip y por la no aparición de personajes fundamentales como Morpheus, además de inventarse una trama con niña huérfana que se refugia en el mundo de los sueños como forma de escapar de una realidad que no soporta.

Película bastante marciana, superficialmente es una inmersión en el mundo de los sueños, pero más concretamente habla de la difícil gestión de los sentimientos, del duelo, pero también de la capacidad para el sacrificio y, en alguna forma, también sobre el proceso de maduración. La moraleja vendría a decir que no solo se puede, sino que se debe seguir sin los seres queridos: la vida está esperando.

Con una notable exuberancia fantástica, con escenas curiosas como la sala de conciertos donde se canta salsa, siendo los cuerpos de los cantantes y bailarines formados de una tupida hojarasca, la preponderancia de los efectos digitales (ciertamente muy creativos) es evidente, y sin ellos, literalmente, no habría película. No es un film con mucha personalidad, aunque sí resulta una narración efectiva. El hecho de que no se tome demasiado en serio a sí misma es un punto a favor de la peli, bastante desprejuiciada en una historia con personajes también bastante disparatados, siendo el esencial el de Flip, que viene a ser, para la protagonista, una especie de variante del amigo invisible, alguien en quien confiar cuando crees que no puedes hacerlo con nadie más.
 
Es curioso porque este personaje imaginario Flip (que después veremos que se corresponde con alguien del mundo real, para “cuadrar” la historia) tiene una apariencia física que recuerda un poco el personaje del capitán Sparrow de la saga Piratas del Caribe, pero sin pluma; nos parece que el aspecto de Flip, con cuernos de macho cabrío, levita de color lila del siglo XVIII, melena desaliñada, barrigón, collar y zapatones como de payaso, parece obedecer al intento de Jason Momoa de desencasillarse, de hacer películas en las que no tenga necesariamente que lucir palmito, como hasta ahora había sido habitual en sus pelis y series (recordemos Juego de tronos y Aquaman, entre otros).

Aparte de Momoa, que da bien el personaje de onírico bucanero patán, nos ha gustado la jovencísima Marlow Barkley, que nos parece una pequeña Nemo muy aceptable; habrá que verla en otros empeños distintos, pero apunta maneras...

(23-11-2022)