Sobre los hombros de Tomm Moore y Nora Twomey se sustenta uno de los más interesantes estudios mundiales dedicados a la animación tradicional, la de dos dimensiones. El nombre del estudio es Cartoon Saloon, es de nacionalidad irlandesa y, creado prácticamente a principios del siglo XXI, ya nos ha dado varias muestras de un talento notable. La primera película del estudio sería precisamente esta El secreto del libro de Kells (2009), a la que seguiría La canción del mar (2014), con dirección de Tomm Moore, y posteriormente El pan de la guerra (2017), dirigida en este caso por Nora Twomey.
El secreto del libro de Kells sería la película que daría a conocer la producción de Cartoon Saloon y el talento de Moore y Twomey, que la codirigieron. La acción se desarrolla en la Irlanda del siglo XI, en una remota abadía donde los monjes se dedican a recopilar volúmenes antiguos y a iluminar libros (en su acepción de dar color a textos, una de las tareas propias de estos recintos monacales). Pero el adusto abad Cellach está obsesionado con fortificar el convento, ante los crecientes y terribles rumores que llegan de la proximidad de los bárbaros vikingos, descuidando entonces el jerarca religioso la tarea fundamental de la orden de preservar el saber y la cultura antigua para generaciones futuras. Su sobrino, Brendan, es un acólito de 12 años que se mueve entre el miedo infundido por las historias que se cuentan sobre los vikingos y las ganas de conocer cosas nuevas. Cuando se adentra en el bosque, encuentra a un hada llamada Aisling, una niña como él, que le muestra mundos maravillosos. Cuando llega a la abadía el maestro Aidan, que lleva consigo el mágico libro inacabado de Ione, Brendan deseará con todas sus fuerzas ayudar al monje a terminar su obra, pero no será fácil...
Tiene El secreto del libro de Kells un tipo de dibujo muy fantástico, esquemático, de líneas rectas, sin vocación pictórica, con un variado colorido de verdes (este el color nacional del país, como es sabido) y azules. Por el contrario, los cuentos que se narran dentro de la trama por personajes de la película tienen un dibujo distinto, aún más esquemático y sencillo. En general se puede decir que los autores han optado por un tipo de dibujo, sobre todo en los fondos, muy naif, con formas rectas y curvas, muy simples, salvo cuando se reproducen en pantalla los bellísimos dibujos con los que los monjes iluminadores ilustran los libros, dibujos que cobran una gran riqueza cromática y exquisitas y variadísimas formas. Incluso cabría decir que, a ratos, la película, formalmente, adquiere cierto tono abstracto, sobre todo cuando llegan los vikingos, cuya aparición como plaga de langosta está dada por los directores usando agresivamente el rojo del fuego y el negro de la muerte, y huyendo del antropomorfismo en la representación de los piratas escandinavos, pintados con formas de hoscas máquinas en vez de personas.
Presenta la película varios temas de interés, como la representación de viejas tradiciones irlandesas, como la del villano Cromm Cruach, una vieja deidad precristiana que exigía sacrificios humanos, y a la que habrá de afrontar Brendan para conseguir el talismán que permitirá al viejo monje Aidan y a él mismo terminar el libro de Ione, ahora renombrado de Kells. También el personaje del hada-niña Aisling es fascinante, con una lujuriante belleza en su feérico bosque, donde los directores desatan su imaginación.
El tema central del film quizá sea la tensión entre miedo y aventura, entre el temor a lo desconocido y, a la vez, la fascinación que ello ejerce en el ser humano, en especial en los más jóvenes, que tienen todo el mundo por descubrir. Ambas posturas estarán ejemplificadas en el abad y en su sobrino, cuya fricción estará nimbada por la rigidez del viejo orden y la necesidad de la nueva savia que siempre ha de renovar los antiguos esquemas, sin lo que el mundo seguiría aún anclado en la Edad de Piedra.
Un final que parece querer terminar cuanto antes la película desmerece un tanto del gran tono del resto, como si los directores no supieran poner colofón al film al mismo nivel logrado en el planteamiento y nudo de la historia.
Con todo, la película de Moore y Twomey es una hermosa recreación de algunos de los temas recurrentes de las mitologías de la doliente Irlanda, del bello país de San Patricio, en la que se mezclan con habilidad los temas paganos de las viejas tradiciones gaélicas y célticas con la nueva visión del mundo que aportó el cristianismo en aquella zarandeada isla británica. Con una hermosa música de Bruno Coulais, el autor del “score” de Los chicos del coro (2004), El secreto del libro de Kells resulta ser una deliciosa, a ratos fascinante aproximación a la Irlanda de la Edad Media, a sus mitos y leyendas, pero también una apuesta por la indagación, por la exploración, tanto argumental como temáticamente.
(16-06-2020)
71'