Enjambre

Últimamente han coincidido en la cartelera dos obras de teatro que han sido llevadas al cine, la primera estrenada fue Sentimental, de Cesc Gay, dirigida por él mismo, y la segunda, una semana después, Enjambre, esta vez de Kepa Errasti, dirigida por Mireia Gabilondo, con el mismo elenco de actrices que triunfó en los escenarios españoles.

En esta que comentamos se cuenta la reunión de un grupo de seis buenas amigas, que se conocen desde hace más de treinta años, que acuden a una casa en las afueras de la ciudad a celebrar la despedida de soltera de Lieire, la más joven de ellas. Pero el paso de los años ha hecho mella en su fuerte amistad, que se ha desgastado a base de problemas en las relaciones, y aunque están muy unidas, la vida ya no es la misma y las cosas no son como antes. Al inicio todas están en el jardín preparando las bebidas, fumando algún porro y pasándolo bien, pero lo que tenía que ser una fiesta de un fin de semana divertido, va enloqueciendo y cuando todas entran en la casa, alguien ha cerrado con llave y las seis quedan sin poder salir, como ocurría en El ángel exterminador de Luis Buñuel.

Entre tanto las drogas y el alcohol corren entre ellas en un cóctel explosivo que hace que se les desate la lengua y salgan los trapos sucios y las cosas que nunca tuvieron el valor de decirse, en esta ácida tragicomedia donde se pasa de la risa al llanto y viceversa.

El desmadre llega cuando le dicen a Lieire que su novio le ha puesto los cuernos, lo que destroza a esta chica, a punto de celebrar su boda, que supone el día más feliz de su vida. A partir de ese momento empezaremos a conocer el problema que esconde cada una: Amaia se ha quedado soltera, Irati ha vuelto de Argentina, Nerea está casada y tiene tres hijos, Maialen ha salido de un cáncer y ninguna la ayudó, Garazi se ha llevado a su bebé a la reunión y llora de vez en cuando, y así podríamos seguir enumerando la problemática y el carácter de todas, ya que el interés no decae al ir descubriéndose secretos y empeorando la situación, que debería ser una alegre fiesta y aún hay una sorpresa de última hora.

La historia está bien confeccionada y sobre todo hay seis actrices que hacen un trabajo estupendo, siendo Leire Ruiz la que tiene más peso y sobre la que recae el drama ante la suspensión de su boda, aunque en algunos momentos está un poco sobreactuada en su comportamiento, mientras que las demás asumen serenamente sus respectivos personajes.

Por su parte de Mireia Gabilondo se podría decir que es el segundo largometraje que dirige en solitario, además de tener tres series de televisión, un film codirigido, una TV-movie y un documental, además de nueve créditos como actriz. Mantiene la cámara en movimiento con agilidad, subrayando los momentos de cada una de las actrices, lo que hace que se pueda apreciar el trabajo de las mismas y al tiempo no aburra al espectador.