Pelicula:

Manuel Mur Oti es uno de los escasos cineastas realmente intelectuales que tuvimos en España durante el franquismo. Hombre de una vastísima cultura, que no se recataba en mostrar, con frecuencia la crítica lo denostó por su grandilocuencia, pero lo cierto es que su cine es de los más interesantes de la época, un cine que ofrecía grandes temas, que buscaba entre los clásicos sus historias, y con un tratamiento formal siempre brillante, a veces algo ampuloso.

En Fedra Mur Oti adaptó al siglo XX la tragedia clásica de Séneca. En un pueblo marinero del Levante español, Fedra es una joven cuyo padre es ciego; todos los hombres del pueblo la desean, todas las mujeres la odian y secretamente la envidian. Llega un rico armador que, prendado de la bella, la propone en matrimonio; ella no quiere, pero cuando al pueblo llega el hijo del pretendiente, enamorada de él, Fedra accede a casarse con el padre para estar cerca de su amado…

Se dice que la Censura estuvo a punto de cortar varias escenas del filme, pero alguna mente preclara (alguna debió haber…) se dio cuenta de que, si lo hacían, estarían censurando al mismísimo Séneca, pues la historia que se nos cuenta en la película es, esencialmente, la que el escritor cordobés puso en papel.

Fedra es, para su época, un ejemplo de cómo hacer cine erótico sin mostrar prácticamente un centímetro de piel; basta con una mujer que sabe que es deseada, con un hombre que la desea, y con otro que, por razones discretas (en este caso, su homosexualidad, aunque se disfraza de no deshonrar al padre, con el que la joven está casada), la rechaza. Algunas escenas alcanzan un desusado tono erótico, como el ofrecimiento absolutamente entregado de la joven a su amado, que la desdeña y, frenético, la azota con una fusta, elemento fálico este que previamente la mujer ha acariciado reiteradamente, en un nada velado trasunto sexual.

Adulterio, incesto, homosexualidad, sadomasoquismo… Todo eso, de forma camuflada, en un filme español de los años cincuenta, en pleno franquismo, con la doble censura del guion, previa al rodaje, y posterior, una ver terminado este y montada la película. Un auténtico milagro… Pero, aparte de eso, el filme está narrado magníficamente, con gran ritmo y excelente composición de encuadres; es cierto que la interpretación es con frecuencia teatralizante, como por lo demás lo era generalmente en aquellos tiempos, a pesar de lo cual Emma Penella está estupenda. Enrique Diosdado da bien el papel del hombre seguro de sí mismo, rico y encandilado por la bella. Vicente Parra resulta muy convincente en su personaje, un hombre atormentado por su sexualidad, y al que la desaforada petición de ella, “átame como una perra a tu caballo” (¡en 1956!), dejaba, dadas sus inclinaciones homófilas, totalmente frío.


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Duración

100'

Año de producción

Fedra - by , Jun 13, 2017
4 / 5 stars
¡Átame como una perra a tu caballo!