Ghost in the shell. El alma de la máquina

El cine americano sigue adaptando comics de superhéroes, ya sean propios de su país o como en este caso del manga japonés. En un Japón futurista, La Mayor es una agente especial cíborg, que lidera la Sección 9, un cuerpo policial de élite, mandado por Aramaki. El objetivo de esta unidad de operaciones encubiertas es luchar contra el ciberterrorismo y los crímenes tecnológicos. Tras una peligrosa misión quedó dañada y ante la imposibilidad de salvarla fue sometida a una operación quirúrgica para trasplantar su cerebro a un cuerpo robótico que le permita llevar a cabo las hazañas sobrehumanas que requiere su trabajo. Gracias a su cuerpo artificial La Mayor se enfrentará a un fanático terrorista capaz de hackear mentes, cuyo objetivo es acabar con los avances de Hanka Robotic en la tecnología cibernética.

Es una nueva versión cinematográfica, con actores, de la popular película de anime dirigida en 1995 por Mamoru Oshii, basada en el manga creado en 1989 por Masamune Shirow. También dio lugar a una famosa serie de ciencia ficción de dibujos manga para la televisión.

Meera, conocida como La Mayor, un híbrido cíborg-humano femenino, único en su especie, está atormentada por dudas existenciales. La principal se centra en el ghost, el elemento que define lo que conocemos como alma. Cree que únicamente sabiendo exactamente qué es el ghost podrá ser capaz de darle sentido a su existencia. Entrenada para detener a los criminales y extremistas más peligrosos, inicia su búsqueda para encontrar al misterioso informático, viéndose inmersa en una serie de intrigas que la pondrán en peligro.

El film tiene un inicio interesante, ya que en un mundo futuro los humanos y los robots están cada vez más cerca, puesto que a los primeros les ponen piezas cibernéticas y a las robots humanas, en este caso, un cerebro.

Es un blockbuster de ciencia ficción con Scarlett Johansson en plan heroína, papel en el que ya la vimos en Los vengadores (2012) o Lucy (2014), entre otros. Junto a ella llaman la atención dos actores no habituales en esta clase de cintas, el japonés Takeshi Kitano, muy envejecido, y la francesa Juliette Binoche, ambos en cometidos secundarios.

Tiene una extraordinaria ambientación de ciudad futurista, en donde se ubica este relato, con secuencias de acción muy espectaculares, con diseños y efectos especiales sobresalientes.

El tramo final, más dramático, con la búsqueda del pasado del personaje, pretende darle algo de trascendencia a la historia y un cierto sentido a todo lo anterior, humanizándolo, que es la parte más interesante, al tiempo que apunta levemente sobre los límites que separan al ser humano de la máquina.

La cinta hay que reconocer que entretiene, como corresponde a los productos de este género, con un look impresionante y luminoso, en ese mundo futurista en el que los humanos se están convirtiendo prácticamente en robots, algunos de los cuales se revelan queriendo saber de su pasado.

Está dirigida por Robert Sanders, que debutó con Blancanieves y la leyenda del cazador (2012), que transmitía tan poco del cuento como ésta del manga, que según los fans no se ajusta al original, que era más violento y con más sexo.