Toda una auténtica odisea significó para José Luis Borau rodar este guion, del que estaba completamente enamorado y por el que incluso llegó a recibir fuertes ofertas para realizarlo una productora norteamericana, no cediendo a la tentación y siendo él mismo quien lo llevara a cabo.
Fue esta cinta la que le sacó del olvido, puesto que tras haber llevado a cabo dos mediocres intentos en un film del Oeste (Brandy) y un policíaco al uso (Crimen de doble filo), se había dedicado a producir películas y escribir guiones que otros realizaron, como el de Mi querida señorita, de Jaime de Armiñán.
Se enfrenta aquí con un guion bastante original, sobre todo teniéndose en cuenta que no es muy frecuente hacer cine político en nuestro país, y esta cinta es toda una muestra ejemplar en lo que a construcción y realización se refiere dentro del género.
La acción se sitúa en una república sudamericana ideal, dato éste que nos viene dado por el acento en el habla de los locutores de radio y televisión, en donde se trata de eliminar a un líder político que vuelve a la nación. Para ello se busca a un “killer” que haga el trabajo y que sirva de víctima propiciatoria fácil de quitar de en medio después.
El film está muy bien llevado a cabo a través de un guion perfecto en donde se pueden identificar algunas figuras reales de la política de los países del nuevo continente, aunque muy veladas por la ficción de que se rodea toda la trama.
La película no parece realizada por nuestro cine, gracias a la buena factura que le ha dado Borau, a la espléndida fotografía de Luis Cuadrado, y a la perfecta ambientación y localización de exteriores, así como el uso y utilización de los actores, tanto de los extranjeros que encabezan el reparto, que están sensacionales en sus respectivos papeles, como los nacionales que en cometidos secundarios cubren perfectamente sus personajes con decoro y dignidad.
La cinta representó a España en el Festival de Teherán de 1974 y consiguió el Premio a la Mejor Película del año y mejor guion del Círculo de Escritores Cinematográficos (CEC). Film importante y magnífico dentro de la triunfal carrera de José Luis Borau.
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