Insomnio

Con el extraordinario antecedente que supone ser el autor de una de las películas más innovadoras (estilística, temática, visual, conceptualmente) de las últimas décadas, Memento, Christopher Nolan nos sorprende de nuevo, aunque hay que reconocer que menos, con este notable y vigoroso thriller de personal trazo, bebiendo, como es bastante habitual en el cine USA, en un previo filme europeo (en este caso noruego), aunque esta vez la versión norteamericana es brillante y muy peculiar, no una mera copia comercialoide.

Se trata de ambientar un caso de asesinato en el desolado, níveo paisaje de Alaska, en el mismo Círculo Polar Ártico, donde el sol de medianoche provoca interminables días de seis meses; en ese entorno psicológicamente cuasi dantesco una pareja de polis de Los Ángeles, con problemas con los de Asuntos Internos, habrá de investigar un crimen horrendo. Pronto los fantasmas interiores surgen, y lo que parecía un caso más se convierte en un descenso al infierno para el policía más veterano, una leyenda en la profesión.

Nolan sabe crear una atmósfera opresiva, ya presagiada por la secuencia de los títulos de crédito, un hidroavión volando lenta, perezosamente, sobre un universo de escarpadas rocas blancas de caprichosas formas poliédricas. A partir de ahí ya sabemos que no estamos ante un thriller convencional, sino que hay algo más. El policía protagonista estará constantemente en el filo de la navaja entre la ley y su infracción, y pronto se encontrará con la horma de su zapato en un asesino de refinada inteligencia forense, con el que habrá de medirse en un duelo físico, pero sobre todo psíquico.

Intercalando ráfagas en "flashbacks" casi subliminales, Nolan dota a su película de un tono entre semionírico e hipnótico que le da un aire extraño para el cine de Hollywood de hoy, como si fuera un David Lynch o un David Cronenberg (éste es canadiense, ya lo sé) más suave.

El conjunto tiene fuerza y empaque, y algunas escenas (la persecución en la niebla, plena de suspense, los enfrentamientos verbales entre policía y asesino, un prodigio de diálogos a un tiempo versallescos y brutales) confirman que Christopher Nolan es uno de los más atractivos y ya consagrados valores del cine anglosajón de nuestros días.