De vez en cuando el cine británico nos ofrece un tipo de cine con temáticas escabrosas, dirigido sin embargo abiertamente al gran público, pero contando sus historias de forma que el bienpensante espectador medio no se escandalice. El caso paradigmático de este tipo de cine es seguramente Full Monty, el gran éxito de los años noventa de la cinematografía inglesa, que presentaba en pantalla a un grupito de desesperados desempleados, bajas colaterales de las políticas thatcheristas de aquellos años, que deciden hacer un numerito de “strip-tease” para intentar salir de su postración laboral; en otra línea, Billy Elliot también participaría de esa misma corriente, con su adolescente nacido en un bronco ambiente minero, pero cuya vocación resulta ser la danza; Las chicas del calendario sería otra muestra, con un grupo de mujeres maduras que deciden mostrar sus cuerpos para demostrarse que aún son mujeres, que aún son bellas.
Pues la sordidez trufada de cotidianidad es la nota predominante en esta Irina Palm que dirige el alemán, nacionalizado belga, Sam Garbarski, sin embargo de apellido inequívocamente polaco, judío polaco, por más señas, y curiosamente curtido en el terreno de la publicidad. En esta sin duda curiosa película, una abuela sin recursos se verá abocada, para conseguir dinero suficiente para librar a su nieto de una terrible enfermedad, a ejercer como (¿de qué forma lo diríamos finamente?) masturbadora en un local del Soho londinense; de esta forma se convierte, como ella misma dice en una escena, en la viuda meneadora…
Combinando hábilmente la típica comedia británica, con su típico grupo de amigas cotillas, aparentemente tan rectas, y que obviamente recibirán su merecido final, y el drama generacional, con el agrio enfrentamiento entra la “grandma” y su hijo a cuento de tan peculiar ocupación, el filme tiene entidad, atipicidad e incluso resulta tibiamente esperanzador, si bien un final feliz un tanto postizo le resta algo de credibilidad. Marianne Faithfull por sí sola ya es la mitad de la película; su personaje es complicado, entre la comedia y el drama, pero sale airosa como sólo los grandes intérpretes británicos saben hacerlo: lástima que el cine la tenga más bien desaprovechada…
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