Pelicula:

Esta película se ha podido ver en la Sección Oficial del 16º Festival de Cine Europeo de Sevilla (SEFF’2019).

De Bruno Dumont se puede decir que es un ecléctico (se podrían decir otras cosas más feas, pero nos quedamos con esta...). Ha hecho, entre otras cosas, cine social en La vie de Jésus (2004), un biopic desmesurado y altisonante en Camille Claudel 1915 (2013), y una inmensa tontería manierista de la “belle époque” en La alta sociedad (2016). Tras esta última parece que la ha entrado la fiebre por la figura de Juana de Arco, porque ha hecho, una tras otras, Jeannette. La infancia de Juana de Arco (2017) y esta Jeanne (2019), ambas basadas en la monumental obra teatral Jeanne d’Arc, original de Charles Péguy, sobre la llamada Doncella de Orleáns.

Dumont es, además de un ecléctico, un extravagante que gusta de provocar al espectador. Aquí la provocación viene por endilgar, tal cual, la obra de teatro en una película, aunque afortunadamente sin respetar las tres paredes del teatro (ni la cuarta, claro, aunque la protagonista de vez en cuando mira intencionadamente a cámara), sino que la airea a base de bien en zonas costeras de la región norteña Pas-de-Calais, aunque todas las secuencias del proceso tienen lugar en la bellísima catedral de Amiens. Entonces tenemos casi una representación teatral, con actores y actrices más bien hieráticos, declamando sus papeles (sus “papelones”, habría que decir: lo que hablan...), con un vestuario como de película de aficionados y una filmación acartonada y que no parece la de un cineasta ya tan bragado como Dumont: vamos, lo ideal para prender la atención del público...

Larga, pesada, reiterativa, con escenas como las iniciales de los equinos y sus jinetes haciendo monerías, en lo que parece una versión franchute de “Así bailan los caballos andaluces” (sin serlo, claro...), solo apunta algunos detalles curiosos de vez en cuando, aunque quizá lo sea involuntariamente, como el personaje de uno de los integrantes del tribunal eclesiástico que juzgará y condenará a la joven, que es enteramente un gemelo del payaso Fofito, pero hablando como el gangoso de los chistes de Arévalo...

Si Jeanne buscaba ser una muestra de anticine (y no hablamos de lo que Javier Aguirre entiende como tal...), lo ha conseguido plenamente. Se han hecho múltiples versiones sobre la vida de Juana de Arco, además por directores de renombre: Carl Theodor Dreyer, Otto Preminger, Victor Fleming, incluso Luc Besson, aunque este no es del nivel de los citados; Méliès hizo la primera y rudimentaria versión en 1900, cuando el cine aún balbuceaba y no era consciente de sí mismo. Dumont opta por aburrir a las ovejas (y a los espectadores, que es peor), al largar, sin actualizar, una obra de teatro del siglo XIX, que era la peor forma (si esa era la intención) de homenajear a una gloria nacional gala como Charles Péguy. En definitiva, un pequeño desastre.

La mayor parte de los intérpretes no son actores profesionales, salvo algunos como el siempre estupendo Fabrice Luchini, que aquí hace de rey de Francia. Lise Leplat-Prudhomme repite el papel de la Doncella de Orleáns, a la que ya interpretó en la primera parte de este díptico, Jeannette. La infancia de Juana de Arco; tiene Lise un evidente don, un magnetismo personal que brilla en sus réplicas y contrarréplicas en el juicio en el que la santa fue condenada, aunque habrá que ver a la jovencísima actriz en otros registros para confirmar sus cualidades interpretativas.

(14-11-2019)


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137'

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Juana de Arco (2019) - by , Nov 14, 2019
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Anticine