Kornél Mundruczó es, seguramente, el más prestigioso de los cineastas húngaros de la generación que empieza a hacer cine a principios del siglo XX, una vez desaparecida la quinta que tuvo a Miklós Jancsó como estandarte. Se puede decir que su cine suele buscar la originalidad, no es un cineasta acomodaticio. Otra cosa es que no siempre acierta en sus planteamientos. De hecho, su filmografía ha ido ganando en calidad conforme iba despojándose de adherencias superficiales, de efectismos vacuos. Su cine ha ido evolucionando, generalmente para mejor, al menos en las películas que le conocemos, que son las últimas de su filmografía: Johanna (2005), Delta (2008), Semilla de maldad (2010), White God (Dios Blanco) (2014).
Siempre interesado en temas graves, el de esta Jupiter’s Moon no lo es menos: un grupo de refugiados sirios llega clandestinamente a Hungría. Allí son interceptados por la Policía. Un inspector de gatillo rápido dispara a un joven que viaja con su padre. Aunque herido de muerte, el muchacho no solo no fallece, sino que, sorprendentemente, levita hasta varios metros de altura. Ya en el centro de reconocimiento de refugiados, un médico que ha sido apartado de su trabajo en Budapest por un caso de fatal negligencia médica por su alcoholismo, descubre la prodigiosa facultad del chico y, necesitado perentoriamente de dinero para saldar su deuda con la familia del hombre al que accidentalmente mató, decide aprovechar esa capacidad taumatúrgica para recaudar fondos para ese fin.
Tiene Jupiter’s Moon una factura absolutamente modélica. No solo los efectos digitales son espléndidos, con ese chico levitando literalmente, como un Supermán sin malla ni capa, con las modestas ropas de refugiado como vestimenta del superhéroe que no es. Por supuesto, a Mundruczó no le interesa esa faceta, sus poderes no tienen nada de salvíficos para los demás: en todo caso, pareciera una muestra del poder de Dios, quizá horrorizado por los desmanes del Hombre. Sin entrar en temas religiosos, el director apunta hacia la incapacidad del ser humano para apreciar la posibilidad de que haya más cosas en el Cielo que en la Tierra, hacia la hodierna invalidez de nuestra especie para considerar la cualidad trascendente de la Humanidad.
Vistiéndose con los ropajes del thriller (con carácter taumatúrgico, podríamos añadir), Jupiter’s Moon es, sin embargo, más bien un drama sobre el descreimiento y la necesidad de la espiritualidad como parte capital de nuestro ser. Muy crítica con la corrupción que todo lo pudre, en la administración pública y fuera de ella, la película resulta una alucinada visión sobre la Hungría moderna, un país en el que la crisis de los refugiados está provocando una respuesta exacerbada que puede socavar los cimientos de la democracia.
Algunas de las escenas quitan la respiración, como aquella en la que el joven sirio hace girar sobre su eje toda una habitación, con un truco que ciertamente no es nuevo (ya lo utilizó Fred Astaire en una de sus celebres películas musicales, tan diferente de ésta), pero que aquí, en el contexto de la secuencia, resulta demoledora. La persecución en coche del último tramo del film resulta también extraordinaria, filmada en un larguísimo, único plano (al menos aparentemente), a velocidad de vértigo por las calles de Budapest.
Es cierto que a veces Mundruczó parece arrobarse con las imágenes del muchacho suspendido en el aire, abusando de este efecto, lo que termina jugando en su contra. Pero el conjunto es sólido, atractivo, una reflexión sobre la Europa del siglo XXI, su responsabilidad para con los refugiados que huyen de países en devastadora destrucción, la necesidad de elevar su capacidad espiritual en perjuicio del materialismo que todo lo impregna. Buen trabajo de Merab Ninidze, de larguísima trayectoria, un actor que se mueve con facilidad en las coproducciones gracias a su fluido dominio del inglés. Pero el que resulta un descubrimiento es el joven Zsombor Jéger, de todavía escasa carrera, y que interpreta carismáticamente a este candoroso muchacho que solo quería huir con su padre y encontrar un lugar mejor donde vivir.
123'