La ceniza es el blanco más puro

Presentada en el festival de cine de Cannes, cuenta la historia de una mujer que amó por encima de todo a un hombre en un ambiente regido por los códigos del honor, la lealtad y la traición, pertenecientes al submundo del "jianghu" o gremios, que originan conflictos entre bandas rivales en la ciudad. Su símbolo es el señor Guan, que representa los valores de rectitud y lealtad, su tótem espiritual.

La historia transcurre entre el género policiaco y el drama en los años 2001 al 2018, de gran turbulencia social, un período de tiempo en el que se han producido cambios económicos en el país. Romántica y fiel a los códigos del cine negro, está ambientada en el mundo de la mafia china contemporánea y explora la vertiginosa evolución de ese país en el siglo actual.

En 2001 la joven Qiao está muy enamorada de Bin, un jefe del hampa, con el que llevan varios años juntos, viviendo al margen de la sociedad, retando al orden establecido, amándose libremente, pero un día al presenciar el ataque de una banda rival contra Bin, dispara al aire para defenderlo. Al ser detenida, la policía la interroga para saber de quién es la pistola que ella tiene, sin licencia de armas, y por no delatar a Bin, Qiao se calla y es condenada a 5 años de cárcel. Una vez que es puesta en libertad, Qiao busca a Bin, pero éste se niega a aceptarla de nuevo en su vida, ya que ha emprendido relaciones con otra mujer, el tiempo le ha cambiado y también posiblemente los sentimientos. Esa mujer, enamorada de un mafioso, a lo largo de los años por una serie de circunstancias le irá cambiando su vida y también el futuro de su amante.

Este es el último trabajo de Jia Zhang-ke, un director perteneciente a la Sexta Generación del cine chino, que está considerado uno de los cineastas más interesantes y destacados del momento actual de su país, en el que fusiona ideas de dos de sus mejores películas, en la que muestra dos clases de amor: el puro e incondicional y el complejo, triste y de sentimientos ocultos, mientras reflexiona sobre la crisis y los problemas de una generación en un país en proceso de cambio, al tiempo que lo hace con una importante dosis de crítica social.

Naturaleza muerta (2006) es uno de sus primeros films que vimos en España y más recientemente se estrenaron Historias de Shanghai (2010), Más allá de las montañas (2015) y ahora nos llega La ceniza es el blanco más puro (2018). Es un director que habitualmente retrata la violencia en China y las consecuencias que ésta origina y aquí además cuenta una historia de amor, que viene marcada por esa violencia.

Ésta, como todo el cine de este director, es algo lenta, como suele ser el ritmo narrativo del cine asiático, que se toma su tiempo a la hora de contar las historias, como si los minutos pasaran a otra velocidad, con cierta frialdad en las reacciones de los personajes, lo que hace que se prolongue hasta 135 minutos de duración, que son a todas luces innecesarios, de los que se podría suprimir perfectamente la secuencia del tren y alguna otra sin que perdiera interés, ya que tiene otros momentos notables.

Zhao Tao y Liao Fan hacen valer sus dotes interpretativas mostrando las emociones de los dos amantes en esta dura historia de amor en la que pagan un elevado precio por mantener el honor.

Destaca especialmente el trabajo de Zhao Tao, la actriz esposa del director, que no es la primera vez que actúa a sus órdenes, que es de lo mejor de esta cinta por cuyo trabajo recibió varios premios internacionales.