Pelicula:

No es frecuente el thriller que se desarrolla en un ambiente laboral, y menos en un ambiente laboral de gran empresa, con ejecutivos costeadamente trajeados y ejecutivas vestidas como para desfilar en un pase de modelos. Quizá ese sea uno de los mayores méritos de este film, aparte de su tema, que es ciertamente lacerante y que también cuenta a su favor.

Una gran empresa, en el tiempo de la grave crisis que se inició en 2008 con la bancarrota de Lehman Brothers y que el año anterior, 2007, habían anunciado agoreramente el “crash” de las hipotecas “subprime”. En ese contexto, la empresa comisiona a una alta ejecutiva, Sofía Cuevas, para que investigue, de forma interna y discreta, el suicidio de tres de sus empleados en los últimos meses, todos ellos en las propias oficinas de la entidad en otra ciudad. La investigadora pronto se encuentra con un muro de silencio, que se irá rompiendo poco a poco, dándose cuenta de que el ambiente en la oficina es irrespirable por la tremenda tensión a la que somete a sus empleados el tiránico jefe de la oficina; pero como este ha conseguido excelentes estadísticas dentro de la compañía, en la central le ponen pegas cuando avanza en la investigación. A la par de ello, Sofía se empieza a sentir también concernida como ser humano en su forma de vida, en su prelación de valores, y empieza a poner en duda toda su existencia...

Tiene, como queda dicho, La punta del iceberg la virtud de hablar de un tema escasamente tratado en cine, cual es la intolerable presión laboral para conseguir objetivos en la empresa, lo que conlleva a un deterioro insoportable de la vida familiar y personal. En ese sentido, David Cánovas, el director, hace un trabajo correcto, contando con buen criterio la historia, que se desarrolla en los ambientes fríamente modernos de cualquier centro de trabajo urbano actual, donde predomina el cristal, el acero, las blancas luces de led, pero también la inhumanidad, la falta de relación entre los empleados (y, cuando existe, es esquinada y tortuosa), y por encima de ellos la búsqueda de resultados a toda costa.

Trabajo correcto, entonces, para un cineasta, Cánovas, que se estrena en el largometraje con este film, tras algunos interesantes cortos que, hasta ahora, habían sido los jalones de su carrera. Promete Cánovas, pues tiene buena mano para la puesta en escena, y la historia narrada, de cuyo guion es coautor (sobre la obra teatral homónima de Antonio Tabares), muestra a un hombre de cine con intencionalidad y buen criterio a la hora de elegir sus temas y en la forma de contarlos.

En el reparto, además de una Maribel Verdú que es la absoluta protagonista, y que hace un trabajo muy ajustado y preciso, destacaríamos el buen hacer de dos secundarios de la talla (nunca mejor dicho: son bien altos...) del sevillano Juan Fernández y el murciano Ginés García Millán, como siempre estupendos, así como un Fernando Cayo al que la madurez le está sentando la mar de bien, especializándose en los últimos tiempos en villanos que él matiza con gran sutileza.


La punta del iceberg - by , Mar 19, 2019
2 / 5 stars
Tres suicidios