A raíz de las películas realizadas para Dino de Laurentiis con material literario original de Stephen King, como “La zona muerta”, “Ojos de fuego” y “Los ojos del gato”, las relaciones del escritor con los ejecutivos del estudio eran excelentes. King, finalmente, decide probar la realización cinematográfica con esta película basada en un cuento suyo incluido en “El umbral de la noche”, aunque lo cierto es que esa historia corta, de apenas veinte páginas fue profundamente modificada, casi escrita de nuevo, por el propio autor.
“La rebelión de las máquinas” es una historia típicamente kingiana, donde se aprecian buena parte de sus constantes, desde la trama apocalíptica, con este fin del mundo causado por la utilización de todo tipo de maquinaria eléctrica por ciertas fuerzas desconocidas, que después se identificarán como extraterrestres, hasta el pesimismo sobre la Humanidad, barrida aquí por otra civilización, pasando por su fobia hacia los ricos y filia hacia los pobres, la pintura de un microcosmos humano reconocible, incluyendo, por supuesto, a un niño, como representante del futuro, de la esperanza...
Curiosamente, el filme descubre a un King que técnicamente resuelve con cierta airosidad su nuevo cometido, sin incurrir en faltas de ortografía cinematográfica ostentosas, si bien se pueden rastrear algunos elementos no precisamente positivos: cierto gusto por los castillos de fuegos artificiales, recurriendo a bombazos y explosiones más bien gratuitas o accidentes espectaculares igualmente innecesarios; fútil subrayado del suspense, incluyendo en el mismo plano, mediante la profundidad de campo, a la máquina en cuestión que, por supuesto, se pone en marcha sin que se dé cuenta el incauto al que pretender merendarse... pero ello no empaña el hecho de que, en general, la película está resuelta con decoro. Sin embargo, si la realización alcanza un aprobado, no así el guión, teóricamente la parte más fuerte de King, porque la historia es inverosímil, no razonada y escasamente motivada y los personajes están hechos de una pieza, sin apenas perfilarlos; ni siquiera el protagonista, Bill, llega a ser poco más que una caricatura, un pálido reflejo humano de un personaje "con trastienda" al que se le podría haber sacado mucho más partido. Curiosamente, el guión es mucho más elemental que la mayoría de sus textos literarios, al menos de los mejores, muy superiores a esta ensalada de tópicos y situaciones demasiado previsibles.
Tampoco el tono general del filme saca la cabeza de cierto cutrerío muy típico de la serie B, algo que, si está hecho con soltura y algunas dosis de arte, puede ir en beneficio del producto, pero que si se incurre en él porque no se sabe hacer de otra forma, o simplemente porque no se puede, daña el resultado final de la obra.
En definitiva, la única incursión de King, hasta ahora, en la realización, no se saldó precisamente con un éxito. Como en taquilla, además, la cosa fue bastante mal, no parece que al escritor le quedaran ganas de volver a la silla de director, aunque en alguna ocasión haya amenazado con hacerlo. El refrán de "zapatero, a tus zapatos", cuadra bien con este experimento, con el que probablemente King disfrutaría, pero en el que se demostró que no está especialmente capacitado para una tarea en la que hay gente mucho más valiosa.
La rebelión de las máquinas -
by Enrique Colmena,
Feb 25, 2008
1 /
5 stars
Zapatero, a tus zapatos
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