En la extensa, prolífica filmografía del gran Alfred Hitchcock hay cintas que se pueden considerar menores; aunque Charles Baudelaire decía que hay que ser sublime sin interrupción, lo cierto es que eso es más bien imposible. Pero incluso en esas obras pequeñas el maestro dejaba siempre su impronta indeleble.
Sobreestimada por algunos críticos, somos de la opinión de que La sombra de una duda no es una de sus "master pieces", como lo fueron Vértigo (1958), Psicosis (1960), Los pájaros (1963), o Encadenados (1946), por sólo citar algunas a vuela pluma. Pero con todo, hay en este film la mágica huella hitchcockiana, además de la impronta temática que supone su eterna tendencia a rondar la culpabilidad, casi siempre falsa, pero en este caso verdadera.
Un Landrú es cobijado sin saberlo en casa de su hermana. Su sobrina, secretamente enamorada de él, descubrirá sin embargo la verdadera naturaleza del asesino de mujeres del que ella creía el príncipe de los hombres.
(27-10-2004)
104'