Vértigo. De entre los muertos

Maggie Smith, en el inolvidable personaje que compuso para Los mejores años de Miss Brodie, diría de esta película que es la "crème de la crème", y tendría razón. Si tuviéramos que quedarnos con un filme, sólo uno, del maestro Hitchcock, nos decantaríamos por esta bellísima historia que combina tantos y tan variados matices: romántica, negra, intrigante, fatalista, rozando incluso la frontera de lo sobrenatural.

Este "primus inter pares", el primero entre iguales, Vértigo (es cierto que el añadido en el título español, De entre los muertos, es truculento, pero también es verdad que no está desencaminado ni carece de cierto aliento poético más bien macabro) ha influido decisivamente en todas las generaciones de cineastas desde su realización hasta hoy.

Un agente, responsable indirecto (por su miedo al vacío) de la muerte de un compañero, deja el cuerpo de Policía y comienza a trabajar como detective privado. Un rico hombre de empresa le encarga vigilar a su esposa, con la que trabará un conocimiento más íntimo de lo habitual...