La sombra del pasado

Todos tenemos en nuestro pasado vivencias de las que pretendemos olvidarnos, pero a veces vuelven a nosotros. Así le ocurre a Kurt Barnert, un joven estudiante de Historia del Arte en la Alemania del Este que escapa a la Alemania Occidental, atormentado por las experiencias que tuvo durante su infancia y juventud en los tiempos en que mandaban los nazis. Allí se enamora de Ellie, una compañera de la escuela que estudia diseño, mientras él hace pintura, un arte que su tía le fomentó desde niño llevándolo a los museos a pesar de su corta edad, porque veía en él cualidades para expresar ese arte. El padre de ella, el profesor Carl Seeband, un famoso ginecólogo de oscuro pasado, no aprueba la relación y procura que no siga. Ninguno de los dos sabe que sus vidas están unidas por un crimen cometido décadas atrás durante el nazismo.

El director alemán Florian Henckel von Donnersmarck, ganador del Oscar por La vida de los otros (2007), sigue buscando dramas en la historia de su país, esta vez centrado en el período que abarca el fin del nazismo y la guerra fría, hasta el dominio comunista en el Este, para exorcizar el pasado en este film con una reflexión sobre el mundo del arte y la memoria de una herida siempre abierta para el cine alemán.

La familia, el nazismo y el poder liberador del arte son los temas de este drama en el que se cruzan los destinos de estos tres personajes en este thriller psicológico basado en hechos reales, con guion del director, sobre la historia de Alemania a través de la vida del joven artista empeñado en ir contra el autoritarismo, atormentado por su vivencia bajo el régimen nazi.

Sucede la historia durante las tres décadas que van desde 1937, año en que se celebró en Dresde el arte pop con el que el nazismo quiso desprestigiar el arte moderno, hasta 1967 en que Kurt presenta su primera exposición como artista exiliado, que primero conoció a los nazis, después a los comunistas y ambos intentaban que los artistas vieran las cosas a la manera del partido en el poder y que el arte estuviera a su servicio.

Trata de la etapa nazi pero nunca se alude a los judíos ya que pone el foco en las personas con discapacidades o enfermas que eran esterilizadas o asesinadas para purificar la raza.

El director al escribir el guion se inspiró en la vida de Gerard Ritter, que creó una clase de pintura que parecía foto difuminada, que tenía una tía que decían que era esquizofrénica, a la que mataron los nazis, lo que le creó un trauma, en cuya historia se mezcla realidad y ficción, por lo que no quedó muy satisfecho con esta versión de su vida.

Para el director lo importante es la historia de amor con ese trasfondo histórico que es el reflejo de unos años en los que estuvieron mezclados el arte y la política en la Alemania del Este, incluidos los cambios que hubo en el panorama artístico.

Es una película profunda, ambiciosa en su planteamiento, que mezcla el melodrama con el discurso político para ilustrar un período de Alemania marcado por totalitarismos de distintos signos. Además hace un retrato sobre la vida y el amor como superación del odio y la muerte, y del arte como expresión de la realidad.