Tras cerrar la llamada Trilogía Nacional (La escopeta nacional, Patrimonio nacional y Nacional III), Luis García Berlanga desempolvó, hacia la mitad de los años ochenta, un guión que tenía escrito con Rafael Azcona veinticinco años atrás, pero que por obvias razones de censura no prosperó en su momento. El director valenciano es una gloria nacional (en este caso, el adjetivo viene que ni pintiparado…), con obras prodigiosas en su haber del tenor de Bienvenido Mr. Marshall, El verdugo o Plácido, pero lo cierto es que la década de los ochenta no le sentó bien al maestro.
La vaquilla narra los hechos imaginarios sucedidos durante la Guerra Civil española cuando, en pleno frente, un grupo de soldados republicanos intenta secuestrar una vaquilla que pretenden torear, dentro de los festejos del pueblo vecino, los nacionales. Se suceden las trapisondas y las aventuras jocosas de estos rojos de pacotilla en la zona azul. Berlanga maneja con soltura todas las situaciones, y utiliza con maestría el plano-secuencia, como es habitual en él, pero, a pesar de todo, el film no alcanza gran altura. Es divertido, pero queda la impresión de que, además, podía haber sido muy bueno.
Por supuesto, la producción está muy cuidada, como corresponde a una película de uno de los más prestigiosos directores españoles de todos los tiempos. Como es habitual en Berlanga, se rodeó de un espléndido elenco de cómicos, descollando primeras figuras como Alfredo Landa o José Sacristán, pero también secundarios extraordinarios, como el tan berlanguiano Agustín González.
(29-06-2009)
122'