Los invitados

En el verano de 1975 el crimen de Los Galindos, un cortijo cercano a la sevillana localidad de Paradas, conmociona España: cinco cadáveres aparecen brutalmente asesinados. Sobre aquel crimen irresuelto (y que quedará así para los restos, para escarnio de los que lo investigaron, aunque "dicen que dicen que dicen" que el autor vive no muy lejos) el novelista Alfonso Grosso, ya fallecido, escribió un libro que era una hipótesis fabulada sobre lo que supuestamente ocurrió.

Según Grosso (y el director Víctor Barrera, que sigue su curso narrativo) fue un asunto de drogas el que motivó el quíntuple asesinato. Barrera, actor que ejerciera como tal bajo los sonoros seudónimos de Vic Winner y Víctor Alcázar, hace su segundo largometraje (el primero sería El terrorista) como director con este Los invitados, un intento de hacer cine en Andalucía desde una cierta dignidad. El resultado no fue brillante, pero al menos no se hizo el ridículo como en otras ocasiones.

La mezcla de drama y comedia funciona con bastante soltura, los actores están razonablemente bien, en especial una Lola Flores muy a lo Anna Magnani, como a ella le gustaba imaginar, y la trama se sigue con agrado. No se le pedía más, y ello es otro de sus modestos aciertos.

(21-11-2004)