Los violentos de Kelly

Este filme combina el cine tipo Doce del patíbulo, con un grupo especializado y capaz de casi todo, con el cine de atraco perfecto, con botín de muchos dólares a repartir entre un puñado de pícaros, que tienen como particularidad ser soldados durante la Segunda Guerra Mundial. Tras la invasión de Normandía, el soldado Kelly se entera, de boca de un oficial alemán, prisionero a la sazón, de la existencia de un transporte secreto de oro, del que quedan dieciséis millones en un banco francés. Dicho y hecho, Kelly reclutará a un grupo de amiguetes para traspasar las líneas enemigas.

Brian G. Hutton es un cineasta americano de poco distinguida filmografía. Si acaso, cabría citar entre sus películas El desafío de las águilas, con Richard Burton y Clint Eastwood, también de tono bélico, y Salvaje y peligrosa, uno de los últimos vehículos cinematográficos de la diva Liz Taylor. Sin embargo, con Los violentos de Kelly Hutton logró un producto aceptable, en el que combinaba con soltura elementos del cine de guerra con otros géneros, incluido el espagueti-western, en homenaje a su protagonista, en tono levemente paródico. Un metraje excesivo, sin embargo, lastra la curiosa trama.

El trío estelar que encabezan los créditos de la película dio mucho juego. Junto al imperturbable Clint Eastwood, próximas aún sus películas con Sergio Leone, y todavía sin noticias de Harry el Sucio, aparecen Telly Savalas, que se hizo muy popular en aquellos años por su personaje en la serie televisiva Kojak, y sobre todo el siempre excelente Donald Sutherland, que en aquella época aún era poco conocido internacionalmente.