Luces de variedades

Pocos directores han influido tanto en las generaciones de cineastas que se han formado durante la segunda mitad del siglo XX como Federico Fellini. Sus películas han ido conformando, a lo largo de todo este tiempo, una obra coherente y rigurosa, rica en creatividad y en barroquismo, abierta a la sociedad pero vigorosamente personal. Fellini dio su muy particular visión del neorrealismo en películas como “La strada” o “El jeque blanco”, y fue derivando después hacia una forma exclusivamente propia, a partir de “Ocho y medio”, de concebir el cine como un espectáculo total. Películas como “Amarcord”, “El Casanova”, “Satyricón”, “Roma” o “Ginger y Fred”, conforman una obra madura, brillantísima y demoledora.
Hay también un Fellini decididamente más flojo, como el de “La ciudad de las mujeres” o “Y la nave va”. Quizá a este grupo no especialmente inspirado pertenezca “Luces de variedades”. Pero a ello no le ha de ser ajeno el hecho de ser su primera película, rodada además al alimón con Alberto Lattuada, quien ya entonces era un cineasta reputado y con toda probabilidad impuso sus criterios en más de una ocasión.
“Luces de variedades” es una película neorrealista, ambientada en los paisajes interiores del mundo del espectáculo, y en ambas circunstancias radican su máxima virtud y su mayor defecto. Su virtud, porque radiografía con inteligencia un grupo humano y sus sentimientos. Su defecto, porque incide en los toques melodramáticos y levemente folletinescos típicos del movimiento neorrealista. Encabeza el reparto Peppino de Filippo, un célebre actor cómico italiano, hermano de Edoardo, famoso a su vez por sus obras dramáticas, como “Filomena Maturano”, llevada al cine por De Sica con el título de “Matrimonio a la italiana”. También aparece Giuletta Massina, desde entonces musa y compañera de Fellini.

Duración

90'

Año de producción

1950

( Luci del varietá )

Virtudes y defectos

Dirigida por

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Duración

Año de producción

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