Mandy

La vida de una pareja, compuesta por Red y Mandy, que viven alejados del mundo, un día es brutalmente destrozada dando un vuelco total. La acción de este extraño thriller de terror, escrito con sangre, transcurre en 1983. Red Miller ejerce el oficio de leñador y trabaja cortando árboles en un bosque cercano a la cabaña en la que vive con Mandy Bloom, su pareja, que es ilustradora y aficionada a la lectura de novelas fantásticas. Un día Jeremiah Sand, el líder de una secta, se cruza en su camino con Mandy, quedando prendado de ella y manda a sus demoníacos secuaces motorizados a secuestrarla para poseerla. Este hecho le supone una bajada a los infiernos para Red que, armado con una potente ballesta y un hacha que se fabrica, se ve impulsado a tomarse la justicia por su mano, algo que lleva a cabo de manera enloquecida de lo más sangrienta y sádica posible.

El flojo guion, escrito por el director en colaboración con Aaron Stewart-Ahn, está claramente dividido en dos partes, una primera lenta y prolongada, que nos presenta a los personajes, que tiene momentos para sufrir debido al dolor que se desprende de sus imágenes, que transcurre sin excesiva violencia, y una segunda donde ésta se desata de manera desaforada, como pocas veces recordamos haber visto en una pantalla, originando el caos. También hay momentos en los que se pone de manifiesto el sentido del humor del personaje en esta oscura película que casi toda ella transcurre de noche, en interiores muy poco iluminados o en tonos rojizos que le otorga la fotografía de Benjamin Loeb.

Panos Cosmatos es hijo de George Pan Cosmatos, cineasta italiano ya fallecido, que dirigió títulos de acción como Cobra, el brazo fuerte de la ley (1986), Tombstone. La leyenda de Wyatt Earp o Conspiración en la sombra (1997), que fue el último que realizó. Ahora su hijo sigue las huellas de su padre habiendo debutado en la dirección con Beyond the Black Raimbow (2010), que ganó cinco premios en diversos festivales, y ha seguido con Mandy (2018), en el género del terror y obteniendo premios, esta vez en el certamen español de Sitges al mejor director y actriz (Andrea Riseborough). No conocemos las cintas que fueron sus rivales como para opinar si el galardón es merecido, pero por lo que nos ofrece en esta producción nos parece bastante flojo el trabajo realizado.

El film está protagonizado por Nicolas Cage, actor que sigue adoptando la mala imagen de las últimas películas de serie B que viene haciendo recientemente y que le distancian mucho de aquella otra estupenda que era Leaving Las Vegas (1995), por la que consiguió el Oscar como mejor actor, resultando aquí reiterativo en su desmadrada interpretación en este viaje al infierno sin billete de vuelta.

La banda sonora está firmada por el ya fallecido Jóhann Jóhannsson, constituyendo uno de sus últimos trabajos.

Si es aficionado al género terrorífico le complacerá, de lo contrario mejor se abstenga.