Pelicula: Con la oportuna reposición de Mogambo hay ocasión de hacer justicia a un autor y a esta su obra, maltratada por los críticos en su día, cuando fue estrenada en 1953 en Europa, y maltrecha y destrozada por la censura española en la exhibición en nuestro país.

Algunos críticos opinaron que Mogambo era el decaimiento de un autor y a partir de aquí se marcaba el descenso de calidad en la filmografía de John Ford, a quien tachaban de viejo, caduco y acabado. Tras sus grandes éxitos anteriores --La patrulla perdida (1934), El delator (1936), La diligencia (1939), Las uvas de la ira (1940), ¡Qué verde era mi valle! (1941), Pasión de los fuertes (1945) y El hombre tranquilo (1952)--, y cuando parecía que había abandonado el género que le dio más fama –el Oeste--, Ford se introduce en la selva con la MGM por necesidades de la moda, que marcaba la comercialización de una película de esta productora realizado con anterioridad, Las minas del Rey Salomón. Los críticos de aquellos momentos vieron en ello un error por parte de Ford, ya que pensaron que aquel tipo de cine no le iría al gran director irlandés.

Hoy día se puede ver que aquellos que le criticaron entonces no estaban en lo cierto y así se puede demostrar. Tal vez se pueda apreciar ahora mejor que antes que Mogambo (1953) entra de lleno en el esquema de siempre de John Ford, y que sigue siendo un maestro en el western y fuera de él, como lo ha hecho patente en los muchos géneros que ha tocado hasta la fecha.

No hay más que ver que aquí se trata de un simple film de aventuras en la selva que, para colmo, su argumento ha sido extraído de una obra teatral. Nada de esto último queda en la cinta porque el encierro impuesto por la escena y sus cuatro paredes ha sido cambiado por el espacio abierto, por la naturaleza virgen puesta a los pies de los protagonistas con toda la esplendidez y belleza de la fotografía de los rojizos cielos de atardeceres a contraluz o la exuberante belleza de una cascada salvaje y la maleza creciendo en su entorno, con las fieras en libertad a su alrededor.

Pero creemos que no es esto Mogambo, ya que si se quedara en una simple película de aventuras selváticas al uso o un documental de fieras como hay muchos, se habría errado el camino y además como tal quedaría bastante pobre. Quizá por ello, porque no era ese su fin, no se le ha prestado mucha atención a este aspecto, utilizándose bien los fragmentos de documental previamente rodados, usándose con frecuencia en estudios, mediante transparencias.

En Mogambo hay más, algo más importante, como pueden ser sus personajes con sus vidas, sus pasiones, sus ambiciones, nada fútiles, o ese milagro del cine americano que es sacar partido a algo tan simple y complicado a la vez.

Quizás éste sea el film más apropiado para derribar por tierra la misoginia que algunos críticos han achacado a Ford a lo largo de su carrera. Habría que estar cegado para pensar así si se conoce la obra de Ford y mucho más si se ha visto Mogambo, donde está más destacada que en otras ocasiones su preferencia por la mujer, representada de forma magistral por Ava Gardner, actriz hermosa donde las haya y de penetrante belleza, pero sin la frialdad de otras interpretaciones en papeles de vampiresa o de mujer fatal.

John Ford nos muestra una Eloise (Ava Gardner) llena de vida, alegre a pesar de su pasado trágico, deliciosamente ignorante y simpática hasta la médula, pero sin embargo con su cosmovisión particular y su forma de ver y entender la vida. Todo un festival de Ava Gardner, donde pasa de una faceta a otra con la mayor facilidad que pueda tener la veterana actriz: rabiosilla, indomable, sumisa, generosa, humilde, coqueta, elegante y muchos más adjetivos que le cuadrarían a la perfección.

Si revisamos, aunque sea superficialmente, la filmografía de John Ford, podremos observar que siempre le ha prestado interés a la mujer en sus cintas. Quizás no haya sido un elemento primordial, pero sí ha estado en la sombra trabajando calladamente tras el héroe, como complemento del hombre que labora por conseguir algo. Así nos da el autor dos facetas distintas en La diligencia a través de los personajes de Dallas (Claire Trevor), la mujer de vida libertina, repudiada por la sociedad, y Lucy Mallory (Louise Platt), la chica humilde, esposa fiel a punto de ser madre, ambas redimidas al final. La inefable madre mistress Morgan (Sara Algood) de ¡Qué verde era mi valle!; Chihuahua, la bella mexicana de Pasión de los fuertes, capaz de llegar hasta el sacrificio por el borracho doctor Holliday (Victor Mature); las pacientes mujeres de los soldados que esperan el regreso de sus maridos en Fort Apache, que forman un bello cuadro a contraluz en los plomizos cielos de las llanuras del Oeste. La indomable Mary Kate Danaher (Maureen O’Hara) de El hombre tranquilo, o las valerosas féminas de la película Siete mujeres.

Ford se desenvuelve a gusto en Mogambo. El plano largo o el montaje en corto no tienen secretos para él, y así logra momentos de gran belleza, como los instantes en que Eloise se confiesa con el padre Joseph (Dennis O’Dea), la partida de Ava Gardner en el barco, paseando con su amarilla sombrilla a compás con la fiera enjaulada, o los instantes maravillosos de Eloise dando la comida a los animales, donde se podría encontrar un claro precedente de Hatari, de Howard Hawks.

Tras estas reflexiones habría que pensar que consideramos Mogambo como una obra perfecta y acabada, pero no es así ya que posee defectos, aunque éstos se suplen fácilmente ante el verdadero espectáculo que supone el resto del film y el placer que se experimenta en su disfrute con estos momentos de auténtica calidad que la cinta posee.

Grace Kelly ganó el Globo de Oro como mejor actriz de reparto y fue también nominada al Oscar al igual que Ava Gardner, ésta como actriz principal.

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115'

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Mogambo - by , Feb 05, 2014
4 / 5 stars
Poniendo a Ford en su sitio