Wes Anderson es uno de los directores más heterodoxos, con un universo muy particular, cuyo cine gusta mucho a sus seguidores e irrita en igual medida a sus detractores, no hay término medio.
Moonrise kingdom, su séptimo largometraje, fue elegido para inaugurar el Festival de Cine de Cannes 2012, fuera de concurso, y en él expone una historia, con determinados rasgos autobiográficos, según confesión propia del realizador, de dos adolescentes que se fugan para vivir su primer amor, él, de 10 años, de un campamento infantil y ella, de 12 años, del domicilio de su familia del que está deseando evadirse.
La historia tiene lugar en 1965 en una isla y se inicia con la audición de la Guía de orquesta para jóvenes, de Benjamín Britten, y acaba con la misma guía pero esta vez en torno a la música que ha compuesto Alexandre Desplat para la banda sonora en la que vemos cómo se van añadiendo los distintos instrumentos de la orquesta para conformar la partitura (no se marchen de la sala y quédense a ver los créditos finales, es interesante).
Aquí continúa defendiendo la unidad de la familia, dentro de su mundo surrealista, y permaneciendo fiel a su estética y a su singular universo.
Esta película es de las más asequibles de toda su filmografía, aunque el tercio final no hay quien se lo crea y es donde tiene mayor presencia ese surrealismo de acciones y personajes, donde se produce el habitual desmadre que suele ocurrir en casi todos sus films, aunque en esta ocasión se muestra más contenido, pero no deja de ser por ello menos absurdo.
La vivencia de ese amor preadolescente es demasiado naif, ingenuo, sin mucho interés, sin emoción, que no acaba de conectar con el público y a los pequeños actores tampoco se les puede exigir que se comporten como consumados intérpretes profesionales como lo son los adultos que componen un estupendo reparto lleno de grandes nombres que seguramente han bajado sus sueldos habituales para trabajar con Wes Anderson.
Como suele ocurrir frecuentemente en la mayoría de los títulos de su filmografía, aquí también se trata de un viaje iniciático, en este caso de un despertar a la vida de estos dos niños que exploran sin maldad el descubrimiento del primer amor, tan hermoso como absurdo, como excusa para contar esta especie de cuento infantil de quimeras, sueños, utopías y añoranzas, que no interesa a los niños, ya que va más bien dirigido a los mayores.
A lo largo del desarrollo de la trama se deslizan virtudes como la defensa de la familia, antes mencionada, la camaradería y la amistad, y frente a ello el adulterio, la crisis de identidad, la infidelidad y la melancolía de los mayores en contraste con la alegría y la vitalidad de los pequeños.
Moonrise Kingdom -
by Francisco Casado López,
Jul 08, 2012
1 /
5 stars
Un amor de niños
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