Como hemos dicho en otra ocasión, Huston sigue siendo a día de hoy imagen representativa del romanticismo de la generación perdida. Y, como él, sus héroes últimos recorren un itinerario, corren un riesgo, viven una aventura, les rodea el fatalismo, palpan la nada, fracasan, mueren. Han buscado tesoros, la ballena blanca, la ciencia, el arte, el mar, la justicia. Sus vidas, tal como nos las presentan, responden a la praxis de unos ideales.
Heron de Foix tiene algo de juglar y algo de vagante; estudiante bohemio es –en su época-- producto de la transformación económica, síntoma de la dinámica social, víctima del equilibrio social roto, probable intelectual desarraigado orgulloso de su educación; busca el mar, un mar connotado de esperanza y libertad, que resultará inalcanzable porque guerra, destrucción, odio y clasismo son realidades de obligado enfrentamiento. Huston presenta un medievo contradictorio y violento en el que el cambio de estructura social ha empezado a efectuarse al sobreponerse las clases profesionales a las de nacimiento, y en el que el amor, motivo romántico, comienza a desempeñar algún papel –como ocurre en las relaciones entre Heron y Claudia-- al situarlo dentro de la “cultura de la caballería”. La aventura personal de esta pareja sirve para darnos el concepto de libertad en él, el sentimiento de libertad en ella, en contraste con la estratificación de una sociedad que dificulta el desarrollo de la personalidad propia; es a esa sociedad a la que el autor pone en entredicho tras presentarnos sus facetas más violentas.
Pero este impresionante fresco histórico que es Paseo por el amor y la muerte permite observar, además, en su estructura interna, realidades y actitudes que no por intemporales dejan de ser inmediatas; la galería de personajes hustonianos –ésa que empezó en Ahab y, por ahora, termina en Roy Benson-- se ha enriquecido con un nuevo símbolo. Realidad y poesía –con trasfondo de nombres eufónicos— se mezclan en un fruto casi perfecto, producto de la conjunción de formas y estructuras, que asume las vivencias y concepciones de un realizador liberal.
(Este comentario crítico se publicó con ocasión de la proyección de este film en el Cine club Vida de Sevilla el 16 de noviembre de 1974)
Paseo por el amor y la muerte -
by Rafael Utrera Macías,
Dec 20, 2012
4 /
5 stars
Iconos para una cultura de la caballería
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