Pelicula:

Por un puñado de dólares supuso el principio del fin del western clásico. Aunque el género en su país de origen, Estados Unidos, ya empezaba a dar señales de agotamiento en los primeros años de los sesenta, la irrupción con esta película del espagueti-western, western-chorizo o quizá más apropiadamente euro-western, haría que los esquemas del género clásico saltaran por los aires, hasta el punto de que ya nada sería igual. Aunque el western USA al uso, si vale el trabalenguas, aún aguantaría algunos años (ya contaminado del euro-western) hasta la fecha que convencionalmente nos gusta marcar como su definitivo adiós, el film de Don Siegel El último pistolero (1976), última película de John Wayne, ya gravemente enfermo, lo cierto es que el espagueti-western se adueñó, en términos generales, del género, en su concepción europea y latina. Después el propio euro-western conocería su propio ocaso con la llegada de lo que podemos denominar western-trinitario, la cochambrosa y escatológica parodia del género a partir de Le llamaban Trinidad (1971), de E.B. Clucher.

Pero antes de que eso se produjera, Sergio Leone, que hasta entonces no había hecho nada del otro jueves (su único crédito como director había sido el modesto péplum El coloso de Rodas, en 1961, y había sido ayudante de dirección en Sodoma y Gomorra, de Robert Aldrich), dio con la piedra filosofal al adaptar al universo almeriense (que pasaba con desparpajo por ser tierras de Arizona, Texas o Nuevo México) las temáticas y estéticas del western clásico. Claro que Leone contó en principio con la sólida base argumental de Yojimbo (1961), la gran película de Akira Kurosawa, de la que esta es un libre remake no declarado. Con una puesta en escena acartonada, sin embargo Por un puñado de dólares tenía un punto de fascinación, una apariencia hipnótica con su pistolero con cualidades casi taumatúrgicas que, salido de la nada, consigue poner en guerra a dos peligrosos clanes rivales para que se eliminen entre sí, liberando a la bella por la que siente un amor que, aunque correspondido, habrá de ser sacrificado en el altar de un bien mayor (para la ocasión, la felicidad de la mujer con su marido y, sobre todo, su hijo: cosas de la época...).

La puesta en escena ciertamente no era ninguna maravilla, aunque hay que reconocer que Leone fue progresivamente mejorando en ese aspecto en sus posteriores euro-westerns, La muerte tenía un precio (1965), El bueno, el feo y el malo (1966), Hasta que llegó su hora (1968) y ¡Agáchate, maldito! (1971), y no digamos su testamento cinematográfico, ya al margen del western, la monumental y estupenda Érase una vez en América (1984).

Por un puñado de dólares tuvo una enorme acogida en taquilla. En uno de los dos países coproductores (en puridad, el principal de ellos), Italia, alcanzó la estratosférica cifra de casi 15 millones de espectadores, mientras que en España y Alemania fue también un gran éxito de público, como en el resto de Europa. A partir de entonces se puso en marcha la maquinaria de hacer euro-westerns, en busca del taquillazo fácil, con escasos medios y menos imaginación, salvo, precisamente, los nuevos films de Leone, que fueron a más tanto en una cosa como en la otra.

Clint Eastwood empezó aquí a cimentar su fama, a dar forma a su personaje adusto y de pocas palabras, un personaje que, con variaciones y dentro de géneros muy diversos, ha seguido cultivando a lo largo de toda su carrera. Entre el resto del elenco destaca un Gian Maria Volontè previo a que el militante cine político italiano de los años sesenta y, sobre todo, setenta (Petri, Damiani, Rosi, Montaldo, Bellocchio...), le fichara para sus películas. Entre los secundarios, algunos seguros actores españoles, como José Calvo y Antonio Prieto, y la hispano-italiana Margarita Lozano.


Por un puñado de dólares - by , Jul 09, 2019
2 / 5 stars
El principio del fin