Sobre este famoso robo se había hecho el documental Hatton Garden: One last job (2016), la película Hatton Garden the heist (2016), de Terry Lee Coker, con Michael McKell y Sidney Livingstone, Un golpe a la inglesa (2017), de Ronnie Thompson, con Matthew Goode y Joely Richardson, y ahora Rey de ladrones (2018).
Es la historia real del robo más importante y audaz cometido en Inglaterra, contado con humor, gracias al trabajo de su reparto de grandes actores veteranos, en un guion de Joe Penhall, basado en un artículo de prensa de Mark Seal.
Un famoso ladrón en su juventud, Brian Reader, es ahora un viudo de 77 años, que planea un atraco sin precedentes en la compañía londinense Hatton Garden Safe Deposit, para lo que reúne a una banda de delincuentes de la vieja escuela para llevarlo a cabo durante las vacaciones de Semana Santa de 2015. Se hacen pasar por operarios de mantenimiento, entran, neutralizan las alarmas, perforan la pared de la cámara acorazada, desvalijan las cajas de seguridad y tras dos días de trabajo obtienen un botín valorado en más 14 millones de libras en diamantes, joyas y dinero, de lo que tan sólo se ha recuperado algo más de 4. Tras el robo los miembros de la banda se pelean por el reparto del botín, desconfiando unos de otros sin respetar la amistad, la lealtad y en cambio se impone la avaricia entre ellos.
El guion, basado en el mayor robo en la historia de Inglaterra, relata las peripecias de este ladrón en su juventud y ex convicto, que comete este atraco sin precedentes. En la banda que reúne, todos menos uno, están jubilados, y usarán sus habilidades de expertos ladrones, para obtener un botín que superó al del asalto al tren de Glasgow en el año 1963.
Está divido en dos partes, una primera en la que se lleva a cabo la reunión de los miembros de la banda, la planificación y ejecución del robo, y una segunda en la que, tras pelearse, van dejando pistas a la policía que emplea todos los recursos a su alcance para lograr la detención siguiendo los pasos en falso que van dejando, lo que resulta casi más curioso que la forma en la que cometen el atraco, que ya de por sí era difícil.
Lo mejor es el estupendo reparto de grandes veteranos del cine británico, del que cada uno de ellos tenemos buenos recuerdos de sus notables actuaciones, contrastando con la juventud de Charlie Cox, el único de la cuadrilla que no pertenece a la tercera edad. Precisamente lo avanzado de los años de los protagonistas y las dolencias que arrastran, originan los gags con que se ilustra la trama, en una cinta que adolece de los mismos achaques de ellos.
A veces en el cine hay actores que han tenido que interpretar personajes mayores a su edad con la ayuda del maquillaje, aquí Michael Caine, a sus 85 años, incorpora a un ex recluso que con 77 años da el golpe de su vida. No es este el único que comete este actor en el cine ya que hace poco lo hizo en Un golpe con estilo (2016) con otros dos compañeros que superaban los 80, Alan Arkin y Morgan Freeman.
Del director británico James Marsh recordamos recientemente La teoría del todo (2014) y Un océano entre nosotros (2017); aquí le falta un poco de ritmo y algo más del suspense que el tema requería para lograr un film más interesante, aunque tiene un acelerado montaje que abrevia algunos momentos para no hacerse repetitivo y tampoco se mete en el drama personal de cada uno de ellos, lo que alargaría el metraje.
107'