Si el "espagueti-wéstern" es la decadencia del genuino film del Oeste, el también denominado "wéstern-chorizo" sería la zurrapa del invento italiano. Durante la década de los sesenta y principios de los setenta se perpetraron en España, bien en Almería o en Cataluña, como en este caso, decenas de películas que se reclamaban “wésterns”, bien que de pacotilla, hechos en serie pero no en serio, con actores de decimoquinta fila y argumentos que parecían prestados de las novelas de Marcial Lafuente Estefanía.
Uno de los cineastas que más atentados contra el cine de este tipo cometió fue Alfonso Balcázar, de profesión sus copias e imitaciones. Desde 1960 en que comenzó su carrera como realizador cinematográfico, bien con su nombre o con sonoros seudónimos como Al Bagram, y hasta su muerte en 1993, Balcázar hizo de todo: comedieta, terror, “wéstern-chorizo”, blandiporno…
Sonora plantea el tópico desde la entrada. Tras una pelea de “saloon”, el muchacho de la película se queda prendado de la chica. A partir de ahí, tiros y puñadas a discreción...
De la altura del film pueda dar una idea el hecho de que el protagonista, George Martin, no es sino un celtibérico macho hispánico bautizado en la pila con el mucho más carpetovetónico nombre de Francisco Martínez, que decidió anglosajonizar su nombre, porque el original no “pegaba” en las agrestes llanuras polvorientas del desierto de Arizona (aunque se rodara en Cataluña…). Da cierta pena ver entre los secundarios a ese excelente actor de reparto, Jack Elam, que hizo notables villanos. Está visto que cuando el hambre aprieta hay que hacer lo que sea…
(16-07-2008)
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