Con frecuencia los actores con inquietudes sienten la llamada de la dirección cinematográfica, y prueban suerte en tan difícil cometido. El resultado puede ser muy diverso, pero en el caso de Jean-Claude Brialy, el de este Un amor de lluvia, no se puede decir que sea precisamente positivo. Brialy es un actor francés vinculado siempre a un cine de calidad como intérprete, habiendo dado vida a personajes para autores como Eric Rohmer, en La rodilla de Clara, o Buñuel, en El fantasma de la libertad; pero cuando se pone tras la cámara hace un cine muy sofisticado, incluso cursi. La cinta se ambienta en un hotel de lujo, un ambiente muy selecto en el que pasan sus vacaciones una madre y su hija, ambas de muy buen ver. En el ambiente relajado y romántico del hotel surgen las relaciones peligrosas, y madre e hija entablan amistad íntima con dos hombres. Lo mejor del filme es la aparición de Romy Schneider, una actriz y una mujer claramente por encima de la calidad de esta medianía manierista, que ella sola consigue sublimar y hacer mejor de lo que realmente es. Junto a la deslumbrante estrella, lamentablemente ya desaparecida, figura Nino Castelnuevo, un actor que cobró inusitada popularidad en los años sesenta al protagonizar, junto a Catherine Deneuve, el musical romántico Los paraguas de Cherburgo, de Jacques Demy. La música la pone Francis Lai, tan edulcorada como de costumbre; recuérdense las populares partituras de este compositor para películas como Love story o Un hombre y una mujer.
Un amor de lluvia -
by Enrique Colmena,
Jun 07, 2004
1 /
5 stars
Medianía manierista
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