Pelicula:

Esta película está disponible en el catálogo de Netflix, Plataforma de Vídeo Bajo Demanda (VoD).

La visión de Virus confirma que el cine surcoreano es uno de los más interesantes de este siglo XXI. La visión del film, además, en el contexto del confinamiento mundial por la pandemia del coronavirus, el famoso Covid-19, aporta matices insospechados, vistos los paralelismos que se aprecian en la película con la situación en la que vivimos actualmente cuando se escriben estas líneas, en pleno enclaustramiento en España y en otros muchos países para intentar revertir los efectos apocalípticos de esa pandemia.

En cualquier caso, y yendo al film, esta Virus pone en imágenes una posible enfermedad extremadamente contagiosa (en su caso la gripe aviar, que también amagó hace años con la posibilidad de convertirse en una pesadilla mundial). La acción se desarrolla en Bandang, una población cercana a la capital Seúl, una localidad dormitorio de casi medio millón de habitantes. En ese contexto, un contenedor lleno de emigrantes ilegales filipinos llega al puerto con casi todos sus integrantes muertos, contagiados de una extraña peste; solo uno de ellos consigue escapar cuando los dos malhechores que tienen que sacarlos de allí abren el contenedor. Paralelamente, Ji-koo, un miembro de las fuerzas de rescate de la ciudad consigue recuperar a In-hae, una doctora, que había caído con su coche a un hueco subterráneo. Ji-koo cae enamorado de la mujer, que tiene una hija pequeña y está separada del marido. Cuando la gripe aviar comienza a extenderse por la población, las autoridades políticas intentan minimizar la crisis, en contra de la opinión de los médicos...

Tiene Virus varias de las constantes habituales en el cine surcoreano. Así, parece que el público de allí gusta de que algunos de sus protagonistas tengan caracteres o actitudes tirando a idiotas, aunque después, en el transcurso de la película, tornen a héroes, como es el caso; pero de entrada lo cierto es que es frecuente que se comporten de forma bastante imbécil. También es habitual la crítica contra la clase política, aquí vista con muy malos ojos: ignorantes, altaneros, pagados de sí mismos, despreciativos de todo lo que no sea su ¿oficio?, los políticos son los grandes perdedores de esta escenificación de una brutal batalla contra una pandemia devastadora; solo el personaje del presidente del país se libra, un hombre bueno que intenta hacer lo correcto, y ello pasa por intentar salvar al mayor número posible de ciudadanos y evitar masacres a toda costa.

La lucha contra la voraz y veloz propagación del virus la pone en escena el cineasta Kim Sung-su, un veterano realizador surcoreano (Seúl, 1961), que lleva haciendo cine desde 1995, si bien es cierto que su carrera no es precisamente prolífica; desde entonces solo ha hecho siete largometrajes de ficción, siendo este el sexto. Kim rueda con soltura, se le notan las tablas, y además se le dan muy bien las escenas de masas. Aunque Virus adolece al comienzo de cierta parsimonia expositiva de la historia, mientras nos presenta a los personajes principales y el conato del rescatador Ji-koo de cortejar (en vano entonces) a la médica rescatada, lo cierto es que a partir de la segunda hora se entra en una suerte de montaña rusa que no da respiro, una torrencial sucesión de hechos, cada vez más graves, que pone contra las cuerdas a los políticos que tienen que tomar decisiones, a los médicos que han de buscar contrarreloj la posible vacuna (¡cómo nos suena esto...!), a los policías y soldados que tienen que sofocar la rebelión y a la vez asegurar la vida de los ciudadanos, y a los protagonistas, que también se verán involucrados de lleno en el asunto. Como una vorágine, esa segunda hora de metraje se sucede a velocidad de vértigo, con una pasmosa facilidad para presentar en pantalla lo particular y lo general, con un buen dominio del cine de masas, con escenas que difícilmente se pueden olvidar como esa gigantesca grúa arrumbando cientos de muertos en una enorme fosa común abierta en el césped de un estadio como si fueran los peluches de las populares maquinitas infantiles, en una atmósfera de pesadilla que confiere al film visos apocalípticos, y en nuestra actual situación presenta angustiosos reflejos dantescos.

Film entonces un tanto desequilibrado entre la morosidad de la primera parte y la deliberada idiotez de algunos de sus personajes principales, por un lado, y el ritmo de vértigo imprimido a la segunda mitad, Virus resulta ser en su conjunto un convincente producto comercial bien realizado, que llega con facilidad al espectador, aún más cuando estamos en esa fase en la que, recordando el famoso refrán español, lejos de ver pelar las barbas de nuestro vecino, es a nosotros a los que nos las están pelando ya, sin necesidad de que las hayamos tenido que poner a remojar...

Buen trabajo en general de los actores y actrices, aunque es cierto que la escuela interpretativa del sudeste asiático abusa (o nosotros no estamos acostumbrados a ello) de una excesiva gesticulación, de un sobreactuado manoteo, de unas declamaciones un punto exageradas. Pero ya decimos que seguramente es nuestra falta de costumbre hacia su forma de interpretar.

(03-04-2020)


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122'

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Virus - by , Apr 03, 2020
3 / 5 stars
Cuando las barbas de tu vecino...