Pelicula:

CINE EN PLATAFORMAS


Disponible en Movistar+ y Filmin.


Jonás Trueba (nacido Jonás Groucho Rodríguez Huete; Madrid, 1981) es un director español, obviamente hijo del también director, guionista y productor Fernando Trueba, y de la productora Cristina Huete, que lógicamente ha “mamado” el cine prácticamente desde que era un bebé, así que estaba más o menos cantado que terminaría dedicándose a este proceloso oficio... Su peculiar nombre de pila, Jonás (por el film de Tanner Jonás, que cumplirá los 25 años en el año 2000) y Groucho (por Marx el gracioso, no el ideólogo), también parecían encaminarle hacia el llamado Séptimo Arte.

Sus películas, hasta ahora, se han movido siempre en los terrenos del cine “muy” independiente, queriendo decir con ese “muy” que siempre discurren en términos de escasos presupuestos, pequeños equipos, historias pequeñas... temáticamente sus films están muy apegados a asuntos de la gente joven (bueno, Jonás ya no es tan joven, que cuando escribimos esto ya es cuarentón largo...), mayormente a temas sentimentales, relacionales, emocionales... También como característica tendría una cierta etereidad en sus películas, de tal manera que con cierta frecuencia cuesta decir de qué van... Eso podría ser una virtud, pero también (¡ay!) una rémora... Para nuestro gusto su film más entonado es La virgen de Agosto, bastante etérea también.

Ahora afronta esta Volveréis que, de tan etérea, es casi como una pluma, pues su tema parte de una “boutade”, sobre la que se construye toda la delicada, o endeble, o ambas cosas, trama del film. 

Los protagonistas son un chico y una chica treintañeros largos. Él se llama Álex y ella Ale (ya empezamos: no habrá nombres...) y ambos están en la cama (no retozando, sino en plan pensativo) que comparten como la pareja sentimental que son desde 14 años atrás; ambos se dedican al mundo del cine. Álex le dice a Ale que tendrían que hacer lo que dice el padre de ella: “hay que celebrar cuando las parejas se separan, no cuando empiezan, momento en el que todavía están en la penumbra mutua...”. Ella, que en esos momentos todavía demuestra dos dedos de frente, le dice que eso podría funcionar para una película, pero no para la vida real; como cabía esperar, al final deciden que sí, que se van a separar (aunque no tienen motivo para ello, o al menos no nos enteramos...) y que van a hacer una fiesta para celebrarlo por todo lo alto...

Vemos un problema en esto de montar toda una peli sobre una “boutade”, porque no parece que haya otra forma de definir eso de que lo que hay que celebrar son las separaciones, no las uniones; hombre, ya sabemos que, cumplido ya el primer cuarto del siglo XXI, este mundo se parece al que conocimos en nuestra juventud los que peinamos canas (o directamente no peinamos nada...) como un huevo a una castaña, pero parece que hay cosas que lo que pretenden es incurrir directamente en la extravagancia, en la provocación más bien inane... en la “boutade”, vamos...

Quizá habría que entender el film precisamente a la recontra, como una crítica hacia esas posturas diletantes de una cierta (e indolente...) clase social, aquí de tipo medio, o medio-alto, con la vida resuelta, con una profesión de corte intelectual, o artístico, o ambas cosas (el cine), en una de esas historias endogámicas que tanto le gusta al audiovisual español, al que le encanta hacer pelis sobre directores, actores, guionistas... O no, o simplemente es una elucubración más o menos evanescente sobre la precariedad de los lazos sentimentales; si es así, lo cierto es que en esta pareja en la que hay una excelente química, en la que vemos plena complicidad, el motivo de las disensiones será precisamente... el propósito de separarse, porque hasta entonces su vida en común era como una balsa de aceite. Todo fue poner en marcha, suicidamente, la “boutade” de la celebración de la separación, para que empiecen a producirse los disensos entre ambos...

La peli presenta otro aspecto no estrictamente argumental que sería la metaficción, ese nuevo elemento que desde hace algunos años no hay película hispana que se quiera guay que no la incluya: aquí tendremos a la prota asistiendo al montaje de una película que resulta ser... la que estamos viendo. En ese sentido, la película es muy autoconsciente de lo que está haciendo, incluyendo temas reales, como el rodaje de la serie Los años nuevos, para Movistar+, con dirección de Rodrigo Sorogoyen, rodaje al que vemos va la protagonista para hablar con su actor, Francesco Carril (aunque en esta peli se llama Fer...), antiguo ex suyo, al que comenta lo de la separación con celebración que planea con Álex. 

El hecho de que prácticamente todos los familiares, amigos, conocidos, etcétera, les digan que lo que pretenden es una majadería parece aportar un punto de sensatez en esta cierta insensatez que es el film, una reflexión más bien vaga y con tendencia al postureo vacuo, rodada a base de largos planos secuencia, en los que parece que los personajes se inventan los diálogos, se entiende que sobre una base determinada (algo que tampoco es que sea nuevo, claro...). 

Todo girará, entonces, en torno a esa celebración de la separación, y, especialmente, sobre la comunicación a sus seres queridos de tal evento, tras lo que, en todos los casos, les dicen eso de “Pero estamos bien, ¿eh?”, que termina por convertirse en una especie de letanía que ya esperamos al cabo de cada nuevo pariente o amigo que se queda de piedra cuando se lo cuentan. 

Hay también, por supuesto, muchos de los toques y guiños cinéfilos inevitables en el hijo de Trueba y Huete, y que además se llama Jonás Groucho... así, los protas ven en casa 10, la  mujer perfecta, aquella vieja peli de Blake Edwards con Dudley Moore y Bo Derek, en la que veremos una más de esas disensiones que han surgido justamente cuando deciden separarse, pero no antes... También habrá guiños cultistas, que para eso anda de por medio papá Fernando Trueba, que interpreta (muy bien, por cierto...) el papel del padre de ella, responsable último de la “boutade” (lo del festejo de la separación) que los dos memos se disponen a poner temerariamente en práctica, y que será el primero en abominar de semejante chorrada, argumentando que hay cosas que se dicen pero no se hacen; pues para intentar ayudar a quitarles de la cabeza semejante cosas, Trueba recomienda a la pareja un texto de Kierkegaard (que siempre queda como muy cuqui...), a vueltas del hecho de que en cuanto a los sentimientos la filosofía no sirve, y también les habla de otro filósofo, el norteamericano Stanley Cavell, que decía (y tenía razón...) que el cine nos puede hacer mejores. También, dentro del apartado de los guiños cinéfilos, veremos un vídeo casero de los dos protas, años atrás, cuando visitaron, en el cementerio de Montmartre, la tumba de Truffaut, en lo que es toda una declaración de principios... 

La película pretende ser sencilla y simple, aunque también, de forma algo alambicada, busca parecer elevada e intelectual, en una especie de cruce algo indigesto entre Bergman y Woody Allen, trufado con Truffaut (perdón por el juego de palabras...), en un film que habla de los problemas de quienes no tienen problemas, resueltos a tirar por la borda 14 años de sintonía, de convivencia, por ejecutar una memez extravagante dicha por el padre de ella, en lo que, en el fondo, no deja de ser una tontería de gente que tiene la vida resuelta y deciden (quizá por vivir algo distinto a la vida cotidiana) tirar por tierra su futuro en común, meramente por el placer de hacer una extravagancia...

Una parte final en la que, a pesar de las disensiones, los dos pánfilos parecen empezar a entrar en razón, podría confirmar que la visión de Jonás sobre el tema no es precisamente connivente, aunque un final ambiguo (los finales concluyentes los perdimos como yo perdí a mi abuela...) deja las cosas en un término tan abierto como  dudoso. 

Los dos protagonistas, Itsaso Arana y Vito Sanz, actores-fetiche de Jonás, intervienen también en el guion, así que se entiende que muchos de los diálogos, y de las situaciones, son inventadas también por ellos. Itsaso siempre nos ha parecido una actriz dúctil y sensible, no así Vito, que nos parece actor de un único papel: no lo vemos muy versátil, no...

(29-05-2025)


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114'

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Volveréis - by , May 31, 2025
2 / 5 stars
"Pero estamos bien, ¿eh?"