Pelicula:

"Ahora la codicia es legal" es una frase que pronuncia Gordon Gekko en una conferencia tras haber publicado un libro que ha escrito en la prisión, que corrige a otra que pronunció antaño que decía "la codicia es buena" refiriéndose a los tiburones financieros de los años 80, clase a la que él pertenecía hasta que fue encarcelado.


Tras salir de prisión tiene que rehacer su vida, volver a conquistar el amor de su hija, que le culpa de la pérdida de su hermano por sobredosis, y darle la bendición a su próximo matrimonio con Jake, del que está enamorada, que es un joven tiburón de la finanzas actuales, que propone invertir en las nuevas energías por ser el futuro.


Oliver Stone hace esta secuela de su film Wall Street (1987), que le valió el Oscar a Michael Douglas, para analizar el mundo de las finanzas de hoy tras la crisis, aunque no profundiza en las causas, ni justifica los motivos que la originaron, al no hacer un retrato riguroso del colectivo que la provocó, aunque haga referencia a lo largo del argumento. Gordon Gekko se ha reformado en la cárcel, es menos peligroso y en el fondo de su corazón intenta entender a su hija, ya que antes era un ejecutivo sin piedad, y ahora admite su culpa.


El guión procura cerrar la historia de los anteriores personajes y la relación con los nuevos que forma el núcleo dramático de la cinta, al que se agarra el espectador medio, ya que las finanzas y su lenguaje, escapan a la mayoría no experta en esas cuestiones, lo que resulta ser el mayor problema de esta ambiciosa y larga producción.


La película, que trata sobre la manipulación del dinero, de sus perdedores y de la situación económica mundial, denuncia el capitalismo salvaje, pero no llega a sus últimas consecuencias, entreteniéndose en otras historias paralelas, como la del enfrentamiento entre Bretton James, el broker malvado, y el honrado Jake.


No afronta la deriva del capitalismo actual donde tiene materia suficiente para un argumento y una crítica, sino que pasa casi de puntillas. En cambio le quita importancia al dinero y le da mayor relevancia al tiempo y a aportar nuevos valores a la sociedad corrupta de hoy. Oliver Stone hace una realización limpia, sin complicaciones, a la que le falta algo de interés y mayor intensidad.


Hay escenas, como la charla final de Gekko, que busca el perdón de su hija Winnie, en la que nunca hemos visto mejor a Michael Douglas, con notable respuesta de Carey Mulligan. Tal vez le sobra metraje y algunos personajes como el de Susan Sarandon, desaprovechada en un breve papel. Charlie Sheen, personaje importante de la primera, hace aquí un cameo.



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127'

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Wall Street. El dinero nunca duerme - by , Feb 15, 2019
2 / 5 stars
Redención, dinero y amor