Pelicula:

Danny Boyle es, probablemente, el más ecléctico de los cineastas británicos de los últimos 30 años. Descubierto internacionalmente con la desvergonzada pero intencionada comedia gamberra Trainspotting (1996), su cine ha transcurrido desde entonces por registros tan distintos como el género de terror, variante zombies, en 28 días después (2002), la ciencia ficción con preocupaciones metafísicas, en Sunshine (2007), el drama exótico con ciertas implicaciones sociales, en Slumdog millionare (2008), que le proporcionó el Oscar, o el peculiar biopic de uno de los hombres y nombres fundamentales de nuestro tiempo, en Steve Jobs (2015).

Así que no es de extrañar que ahora Boyle se adentre, aunque sea nominalmente, en el proceloso mundo de la beatlemanía, aunque en puridad no deja de ser una excusa (eso sí, qué excusa...). Lowestoft, en el condado de Suffolk, en el Reino Unido: un músico británico de etnia hindú, Jack Malik, sobrevive en trabajos de mala muerte mientras espera triunfar como cantautor; tiene como mánager a una amiga de la infancia, Ellie, secretamente enamorada de él desde que eran niños, aunque él no se ha enterado. Cierto día, cuando el musicastro está a punto de arrojar la toalla y dedicarse a temas más prosaicos que la canción, sucede algo insólito: el mundo, todo el mundo, sufre un apagón de 12 segundos; en ese intervalo nuestro pánfilo es atropellado por un autobús, por lo que durante esa fracción de tiempo estuvo inconsciente. Cuando Jack despierta, con algunas costillas rotas y dos dientes menos, se da cuenta de que algunas cosas de su mundo de siempre, como la Coca-Cola o los Beatles, han desaparecido, nadie recuerda nada de ellos. Tendrá entonces la tentación de, recordando la letra y la música, atribuirse la paternidad de los grandes temas beatleanos...

Por supuesto el motivo por el que sucede tan peculiar desmemoria colectiva es lo de menos; de hecho, no puede ser una cosa más tonta, un apagón mundial que “apaga”, selectivamente aunque no sabemos con qué criterio, algunos de los fundamentos de la cultura popular hodierna. El meollo de la cuestión, claro está, es un dilema ético (qué raro suena esto en los tiempos del Sálvame...): si los Beatles (vale decir cualquier genio: Leonardo, Shakespeare, Borges, Welles...) no pudieran ser recordados por nadie que no fueras tú, ¿sería lícito apropiarte de su talento, arrogarte su arte (valga la casi aliteración...) y hacer creer a los demás que tanta creatividad, tanta excelencia, te corresponden? Metáfora sobre el movimiento (llamémosle así...) del apropiacionismo, la película de Boyle fluye constantemente por ese tema, además del otro, más comercial, el de la historia de amor que está a la vista de todos menos del carajote del protagonista.

Sobre ambas cuestiones pivota esta Yesterday, y quizá ese sea su talón de Aquiles, en un metraje excesivo al que se le podía haber quitado un cuarto de hora y hubiera quedado más sencillo, más directo, sin tantos titubeos por parte del prota, sin tanta dubitación, que a ratos suena a impostada, sobre todo en la vertiente romántica, en la que parece una “posse” del personaje central, una impostura (otra...) ante lo que es evidente para todos menos para él. Así, se suceden las escenas con magia junto a otras más bien pedestres: las grabaciones del primer disco, con Jack y Ellie haciendo todos los sonidos de la orquesta son deliciosas, a los sones de la inmensa música beatleana. Y, por supuesto, cada vez que suena una canción de John, Paul, George y Ringo, la pantalla se ilumina y todo queda opacado, incluso aunque las cante Himesh Patel, que no es precisamente Pavarotti...

Película que se resiente de esa doble alma, la que realmente interesa más, la que plantea alegóricamente el tema del apropiacionismo, y la de corte comercial, la romántica, aunque en este caso esté adobada por algunas variantes que se salen de lo habitual, Yesterday es, sobre todo, un gigantesco homenaje a la memoria de los Beatles como grupo, aunque cuando se escriban estas líneas aún vivan (ojalá que por muchos años) dos de ellos. Un enorme tributo al más importante grupo de música pop que haya existido nunca, los Beethoven de nuestro tiempo.

Himesh Patel, el prota, está bastante bien en su personaje, un tipo mediocre que se encuentra el metafórico plano de un tesoro que habrá de gestionar como mejor sabe; a Lily James, como sabemos, la adora la cámara (y no sólo la cámara...): es una de las actrices británicas jóvenes con más porvenir; del resto citaremos al cantante Ed Sheeran, que aquí hace un cameo muy, muy largo...


 


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116'

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Yesterday (2019) - by , Jul 12, 2019
2 / 5 stars
Un gigantesco homenaje