Serie: La templanza

Disponible en Prime Video.

María Dueñas es una escritora española (Puertollano, 1964) que se hizo famosa con la publicación en 2009 de la novela El tiempo entre costuras, afortunada mezcla de costumbrismo, historia, romanticismo y espionaje, ambientada en los procelosos años de la Segunda República, la Guerra Civil y la postguerra; la novela vendió cientos de miles de ejemplares en España y ha sido traducida a más de veinte idiomas; posteriormente fue adaptada a la pequeña pantalla por Atresmedia, con Adriana Ugarte como protagonista. Posteriormente sus libros han seguido gozando de predicamento popular, con títulos como Misión Olvido, La templanza, Las hijas del capitán y Sira.

La exitosa adaptación de El tiempo entre costuras a la pequeña pantalla, así como también el éxito de ventas de La templanza, han llevado a Atresmedia Studios, ahora con la participación de Boomerang TV como productora, a versionarla también en formato serie, con un total de 10 capítulos. La adaptación ha corrido de cuenta de Susana López Rubio como creadora, y la puesta en escena ha sido encargada a tres experimentados realizadores, Guillem Morales, Alberto Ruiz Rojo y Patricia Font.

La acción se inicia en 1850, con dos escenarios diferentes: por un lado, en Jerez, conocemos al poderoso clan Montalvo, que se reúne en su bodega para un festejo familiar. Son dueños de la finca La templanza, famosa tanto en España como en otros países, singularmente el Reino Unido, por sus generosos caldos etílicos. Allí conoceremos a los miembros de la familia, entre ellos el patriarca, el abuelo, Don Matías, que mantiene unida al grupo con fortaleza pero también con amor hacia sus hijos y nietos. Un importante empresario inglés, Edward Clayton, pacta con Don Matías su enlace matrimonial con una de las nietas, Inés, quien sin embargo es requerida de amores por un amigo de la familia; finalmente Edward, admirado de la resolución y frescura de Soledad (a la que todos llaman Sol), la otra nieta del patriarca, cambia su elección y decide casarse con ésta, para enojo de Inés, que realmente le quería, y para sorpresa de Sol, que no quiere hacer ese desaire a su hermana y además ama a otro muchacho, amigo de la familia. Así las cosas, la boda finalmente se lleva a cabo, a lo que accede Sol para no traicionar los designios de Don Matías, y los flamantes esposos marchan al país del marido, mientras Inés ingresa en un convento...

Por otra parte, en igual fecha pero en Salamanca, conocemos a Mauro Larrea, un pobre de solemnidad con mujer e hija; la esposa muere tras dar a luz un varoncito. Mauro, deseando empezar de nuevo, emigra a México con sus dos pequeños. Allí se emplea como jefe de una mina, asociándose con Carrús, un capitalista poco fiable. Mauro, en uno de los frecuentes derrumbes de la explotación minera, salva la vida de un aborigen, Santos Huesos, que desde entonces se convierte en su amigo más fiel. Ante la falta de producción de la mina, Carrús abandona a Mauro, su socio, pero cuando ésta, finalmente, empieza a dar pingües beneficios, regresa intentando volver a la situación anterior, siendo rechazado con cajas destempladas por Larrea, lo que le granjea su enemistad y su rencor de por vida...

A nuestro parecer, la serie La templanza tiene como vocación ofrecer una historia de convulso amor dentro de un contexto histórico, en una época, la segunda mitad del siglo XX, y en varios escenarios concretos: Jerez, Londres, México y Cuba, fundamentalmente. En esos paisajes urbanos se desarrolla esta obra que podríamos catalogar como un culebrón costeado y elegante, una dilatada crónica histórica a lo largo de más de veinte años, en los que dos historias paralelas, las de Sol y Mauro, terminarán por confluir en el Jerez de 1870, donde ambos, tras numerosas peripecias de muy diverso signo, se enamorarán, no faltando en la trama todo tipo de intrigas melodramáticas, a veces un tanto tópicas, desde la progresiva locura congénita del marido inglés (que remite, desde luego, a clásicos góticos como las Brontë) a los amores contrariados de varios de los personajes principales, desde la bellaquería del hijastro felón que se revuelve contra la madrastra utilizando a su propio padre, hasta el suicidio del hombre despechado y alcoholizado que se siente la hez de la tierra, desde el amor que no puede ser correspondido sin traicionar los votos conyugales hasta la pérdida de la mujer amada y la necesidad de empezar de nuevo desde menos que cero, todo ello aderezado con carambolas y alternativas riquezas y bancarrotas sobrevenidas.

Dicho lo cual, hemos de decir que con cierta frecuencia, en especial en los últimos capítulos, la trama parece un tanto forzada, en una historia un poco acartonada, en la que todo conspira para que cuadren los hechos a fin de llegar a la previsible resolución, inevitable en una historia entre lo melodramático y lo romántico, como es el caso.

Hay espacio también para algunas cuestiones morales, como la (i)licitud del esclavismo como abyecto procedimiento de enriquecimiento de seres humanos a costa de sus prójimos, pero también para los grandes secretos guardados durante años, todo un clásico de la literatura de folletín, a la que esta La templanza, nos tememos, se abraza de forma taimada. Como decimos, los capítulos de la parte final son mucho más cuestionables que los primeros, más entonados y fiables. En esos últimos episodios, por el contrario, se suceden los giros inverosímiles, con decisiones de guion cuestionables, de tal manera que la trama se va haciendo cada vez más absurda y poco creíble. Estos últimos capítulos son como un carrusel de acontecimientos, entrando en una fase en la que todo es acción, sin apenas desarrollo dramático: así, todo se fía a las carambolas, los encuentros casuales, los azares rebuscados para que los personajes se encuentren en los mismos lugares, lo que perjudica seriamente la credibilidad de la historia.

Lástima, porque, por lo demás, la serie tiene un excelente acabado formal, con una muy elegante ambientación, en especial en las localizaciones suntuosas, en las que se derrocha el buen gusto. Los directores utilizan también algunos recursos de buenos cineastas, como unas interesantes transiciones temporales en el mismo plano, utilizadas en varias ocasiones con acierto. También gusta el buen uso que se le da al suspense, en secuencias como la del duelo a billar entre Mauro y el exnovio de Sol, hecha con una interesante y creciente gradación de la intriga.

En la interpretación nos ha gustado mucho el notable trabajo de Leonor Watling, como siempre la mejor, un admirable compendio de esfuerzo y talento; se puede decir sin margen para el error que la serie gana cuando ella esté en pantalla; el colombiano Rafael Novoa da acertadamente el papel del gachupín que emigró a México para hacer fortuna, sin saber que la encontraría (y también, de nuevo, el amor) al volver a la Madre Patria; y Juana Acosta hace una villana sin escrúpulos muy interesante, por más que el guion la obligue a tomar, a veces, decisiones poco verosímiles.


La templanza - by , Feb 24, 2023
2 / 5 stars
Un culebrón costeado y elegante