Serie: La Unidad

Disponible en Movistar+.


Dani de la Torre es un guionista y director gallego (Monforte de Lemos, Lugo, 1975) que se ha especializado en el thriller o, de forma más amplia, en el género policíaco. Comenzó con cortos y una miniserie para la televisión de su tierra, la TVG, para darse a conocer a nivel nacional con un percutante thriller, El desconocido (2015), que mezclaba con desparpajo las consecuencias de la gravísima crisis económica iniciada en 2008 a partir de la caída de Leman Brothers (entre otras causas, que no fue la única) con un relato con notable capacidad para generar adrenalina en el espectador. Sin embargo, su siguiente film, el muy costeado La sombra de la ley (2018), resultó elegante pero manifiestamente vacío. Recientemente ha cambiado de género para hacer una aproximación nostálgica al territorio de la adolescencia en Live is life (2022), quizá su aportación al universo Cuenta conmigo (por la peli de culto de Rob Reiner, claro está).

Por su parte, el cocreador de esta serie, La Unidad, Alberto Marini, es un guionista italiano (Turín, 1972), que viene desarrollando prácticamente toda su carrera en España, habiendo colaborado ya con anterioridad con De la Torre en la mentada El desconocido.

La Unidad es, como se informa en el primer capítulo, como se denomina en el argot coloquial de los polis a la Comisaría General de Información, departamento que en España es responsable de la lucha antiterrorista. Durante los años de plomo del terrorismo etarra ya era la encargada de combatirlo, con algunos episodios (como los del antiterrorismo ilegal que se fraguó desde el gobierno) ciertamente poco honorables, por decirlo de una manera suave. Tras ser vencida ETA por el estado de derecho, y en disolución la banda terrorista desde hace unos años, el foco actual de la Unidad es el terrorismo yihadista, que será también el eje de las historias que se nos cuentan en esta serie que, por ahora, tiene 2 temporadas, aunque ante el éxito conseguido por las mismas ya se prepara una tercera.

La primera temporada arranca con una operación policial que se va a ejecutar en tres lugares distintos, en Melilla (España), Toulouse (Francia) y Tánger (Marruecos). En esa operación que coordina la Comisaría General de Información, la llamada coloquialmente la Unidad, se va a liberar a tres mujeres secuestradas por fundamentalistas islámicos. La operación en los tres escenarios resulta un éxito, pero en uno de ellos se captura inesperadamente también a un poderoso gerifalte del yihadismo (no se cita expresamente, pero se supone que es el líder del ISIS o Daesh, el sedicente Estado Islámico), lo que supone un inesperado triunfo, pero también sitúa a España en el foco del terrorismo musulmán que querrá recuperar a su jefe a toda costa. Así las cosas, la Unidad habrá de desentrañar los manejos de las células durmientes en Europa, que se preparan para ejecutar actos de terrorismo en cualquier parte del territorio nacional. La Unidad la manda la comisaria Carla Torres, quien tiene a sus órdenes, entre otros, a Marcos, inspector de la Policía Nacional, su exmarido; ambos tienen una niña como de 9 años, Lúa. A las órdenes de Carla están también, entre otros, los inspectores Sergio, Ramón (próximo a jubilarse) y Miriam. Todos habrán de ingeniárselas para, en diversos escenarios, indagar sobre cuáles van a ser las acciones que los nuevos mandamases del ISIS (en concreto el hijo del líder que han apresado por azar) están preparando para ejecutar en España y obligar a soltar al prisionero...

En la segunda temporada la acción se focaliza sobre los propios miembros de la Unidad: como consecuencia de un fuego cruzado en la captura de un yihadista huido, muere el hijo de Omar El Hassan (conocido por sus próximos como El Hach), un poderoso e influyente empresario árabe radicado en Granada, que tiene excelentes vínculos tanto con el CNI como con Arabia Saudí, y que hasta entonces ejercía una benéfica labor de pacificación en las mezquitas salafistas para desactivar el mensaje radical de éstas, dirigido a los jóvenes más fieles y más imbéciles. La muerte de ese primogénito actuará como una bomba en el carácter de El Hach, que decidirá cobrarse venganza en los responsables de la Unidad, para lo que, dado que juega siempre a dos bandas, convoca a terroristas yihadistas de su confianza y prepara también otro comando para ejecutar su némesis...

Con esta serie, Dani de la Torre y Alberto Marini logran un sólido producto comercial, bien rodado y con las dosis adecuadas de tensión argumental e historias personales, que hoy día son indispensables en todo relato policial que se precie. La tensión se consigue mediante percutantes escenas de acción, pero también con una interesante gradación del suspense, aunque habrá que decir que en algunos momentos esa gradación queda por debajo de lo esperado, como en el final de la segunda temporada, que promete mucho pero después no da demasiado. Pero el conjunto es armónico, en una serie que se ve muy costeada, con multitud de localizaciones, algunas de ellas muy hispanas, como Madrid, Granada, Vigo o Melilla, pero otras más exóticas, como Lagos, en Nigeria, o, más cerca, Toulouse, en Francia. También se aprecia que la serie ha contado con amplios recursos económicos: hay escenas de masas, con numerosa figuración y aparataje de toda laya, incluidos helicópteros y maquinaria de guerra (en las escenas de combate contra el ISIS), así como frecuentes planos aéreos, todo lo cual le confiere el empaque de producción costeada que en puridad es. La narración es solvente, con escenas de acción bien resueltas en un guion bien trenzado, estando correctamente enhebradas las distintas historias paralelas que se cuentan, tanto en el bando de los policías como en el de los yihadistas y sus colaboradores, confirmando que la elegancia es una de las marcas de fábrica de Dani de la Torre, director de 10 de los 12 episodios, mientras que Oskar Santos se ha encargado de los dos restantes.

Las relaciones personales forman parte también, como decimos, de la trama, de forma que éstas se mezclarán con los episodios profesionales de los policías que componen la Unidad, como la grave enfermedad que aqueja a la comisaria Torres (nota a pie de página: uno de los más famosos, sino el que más, de los jefes de la Comisaría General de Información fue Jesús Martínez TORRES... que estuvo al frente de la Unidad en los procelosos tiempos de la creación del GAL ¿casualidad? ¿guiño? Chi lo sa...), y que jugará un importante papel en el desarrollo de los acontecimientos; o la ruptura sentimental entre Carla y su marido, con los previsibles problemas en la hija de ambos; o en la conciliación familiar de la inspectora Miriam con su pareja...

Se suele decir que el arte imita a la vida (también viceversa, claro...). Aquí entendemos que, efectivamente, en especial las escenas de atentados, parecen claramente basadas en algunos de estos criminales hechos que han tenido lugar a lo largo de este siglo, aunque también alguno de finales del anterior: así, hay una durísima escena cuya evidente inspiración es el atropello de Las Ramblas de Barcelona, con sus decenas de muertos y heridos, por causa de una furgoneta conducida por un yihadista, una escena, por cierto, recreada de forma notable, con el plano encuadrando exclusivamente al asesino a través del cristal del limpiaparabrisas, y solo escuchándose los gritos y los impactos de los cuerpos (ocasionalmente vemos algunos que golpean horrísonamente contra el cristal), una escena que, literalmente, pone los vellos de punta. También habrá otras que tienen una génesis evidente: la inmolación de un terrorista suicida en una estación de trenes, que remite a los atentados del 11-M en Madrid; la preparación de una explosión en un centro comercial, como la que tuvo lugar en el Hipercor de Barcelona en los años ochenta (aunque en aquella ocasión los terroristas fueron etarras); o la liberación de gas sarín en una zona poblada, a la manera de lo que ocurrió en el metro de Tokio en los años noventa del siglo pasado.

Algunos “peros” en cuanto al reparto: Nathalie Poza, eximia actriz a la que tanto admiramos, sin embargo no nos la terminamos de creer en su papel de jefa de la Unidad; tampoco al actor que interpreta a su exmarido, el argentino Michel Noher, perito en telenovelas; incluso Marian Álvarez, siempre tan buen actriz, aquí la vemos poco creíble como una de las inspectoras de la Unidad. Pero el colmo de los errores de casting es, a nuestro juicio, Enric Benavent, el entrañable Pedro Mirañar de El secreto de Puente Viejo, celebrado actor cómico en el que no vemos en absoluto al ambiguo jefe del CNI (el servicio secreto español) de la segunda temporada, mientras que ese mismo papel, en la primera, estaba magníficamente servido por Francesc Orella. Así que nos tememos que la dirección de casting de la serie no ha resultado ser precisamente el departamento más brillante de la producción...


La Unidad - by , Jun 15, 2022
3 / 5 stars
Potente artefacto sobre antiterrorismo yihadista