Con la constitución de la Academia de Cine de Andalucía se abría una incógnita sobre el futuro de la Asociación de Escritores Cinematográficos de Andalucía, organizadora de los Premios ASECAN, de tan larga tradición (los primeros se entregaron allá en 1982, el año de su fundación), y que se habían constituido desde hace años en lo más parecido que podíamos tener en Andalucía a lo que suponen los Premios Goya a nivel nacional, unos galardones que anualmente reconocían el talento de los profesionales del cine andaluz.
Decíamos que con la constitución de la Academia, lógicamente, se hacía evidente que los Premios ASECAN tenían que reformularse, porque la Academia, con importante apoyo institucional, llegaba con la intención de otorgar sus propios premios, que llevarán el muy andaluz nombre de Carmen, y cuya primera edición tendrá lugar el próximo día 30 de Enero de 2022 en el Teatro Cervantes de Málaga.
Con buen criterio, se decidió que ASECAN tenía que repensar sus actividades, retomar, actualizándolas, las que son propias de una asociación de escritores cinematográficos, y reformular los premios ASECAN, adaptándolos a la nueva situación creada por la existencia de los premios de la Academia. Así, se habló de ir hacia un modelo que podría tener similitudes con aquellos que en otros ámbitos geográficos funcionan como premios alternativos a los que, como será el caso de los Carmen, cuentan con un amplio respaldo institucional. Mencionar los casos de los Globos de Oro, en Estados Unidos, o de los Premios Feroz o Forqué, en España, no sería ocioso, como formatos que podrían ser ejemplos a tener en cuenta en este nuevo tiempo histórico de la veterana Asociación; recordemos en este sentido que ASECAN se fundó en 1982, con lo que el año próximo celebrará su cuadragésimo aniversario, siendo en el momento de su fundación la primera asociación de estas características, de corte regional o autonómico, que existió en España, antes que las de otras zonas, como Cataluña o Euskadi, donde el cine autóctono ya contaba con un apreciable peso específico.
Así las cosas, esta trigésimo cuarta edición de los premios ASECAN se ha celebrado todavía en el año 2021, con lo que se convierte en una de las primeras entregas de galardones de este ejercicio, todavía dentro de él, y con una apreciable redimensión en los premios, para adecuarlos a esta nueva etapa.
La gala de entrega de los Premios ASECAN ha tenido lugar el sábado 18 de diciembre en el Espacio Platea Odeón Imperdible de Sevilla. La clara ganadora de la ceremonia ha sido sin duda la película La hija, dirigida por el almeriense Manuel Martín Cuenca y con coproducción andaluza (en este caso de la también almeriense La Loma Blanca), que se ha alzado con tres galardones, los relativos a Mejor Película, Mejor Dirección (Martín Cuenca) y Mejor Guion (Martín Cuenca y Alejandro Hernández). Con ello se refrenda la buena acogida que ha tenido la película, con nominaciones a los premios Goya y Feroz, un drama entreverado de thriller, que, además, plantea cuestiones morales de gran calado.
El premio a la Mejor Interpretación Masculina se ha concedido este año “ex aequo”, cosa muy poco habitual en los Premios ASECAN, pero que ciertamente nos parece muy justo, teniendo en cuenta la calidad de los dos trabajos galardonados, el mafioso que busca dejar ese infame mundo que compone el sevillano Antonio Dechent en Hombre muerto no sabe vivir, la ópera prima del malagueño Ezekiel Montes, y el padre de poco espíritu y aún menos dinero que encarna el algecireño Manolo Solo en Sevillanas de Brooklyn.
En cuanto al premio ASECAN a la Mejor Interpretación Femenina, este ha recaído en la veterana actriz jiennense Petra Martínez, reconociéndose así el inmenso trabajo, tan callado, tan hecho desde adentro, de esta fantástica intérprete en la película La vida era eso, de David Martín de los Santos, uno de los grandes dramas del año. Martínez ya se llevó el premio homólogo en el pasado Festival de Cine Europeo de Sevilla y está nominada también en los próximos premios Feroz y Goya.
El sevillano Pablo Cervantes, todo un clásico en el Premio ASECAN a la Mejor Música, se llevó este año de nuevo el galardón por su matizada banda sonora para el documental Mujeres de Cántico, producción cordobesa dirigida por Lola Jiménez y Miguel Ángel Hernández Arango. En cuanto al Premio a la Mejor Producción de No Ficción, el galardón recayó en la lacerante Pico Reja. La verdad que la tierra esconde, el documental dirigido por la onubense Remedios Malvárez y el sevillano Arturo Andújar sobre la excavación de la fosa común conocida como Pico Reja, en Sevilla, donde fueron enterrados miles de personas asesinadas durante y después de la guerra civil española por el régimen franquista.
El Premio al Mejor Cortometraje recayó, muy merecidamente a nuestro juicio, en Farrucas, del granadino Ian de la Rosa, un acercamiento cálido, pero también lleno de incertidumbres, a varias adolescentes de origen marroquí en el almeriense barrio de El Puche, cuando el futuro está ya a punto de alcanzarlas.
Finalmente, el Premio ASECAN a la Mejor Labor de Difusión fue para el Festival del Nuevo Cine Andaluz de Casares (Málaga), el de Mejor Labor Informativa recayó en la revista digital onubense 35 milímetros, el de Mejor Libro de Cine y/o Audiovisual fue para Tiempo. Femenino y singular. Género y tiempo en la creación audiovisual, de la también productora Manuela Ocón Aburto, publicado por Pábilo Editorial, y el Premio Industria AEDAVA fue a parar a la veterana y prestigiosa Revista Cineinforme, un referente en la información industrial del cine español, en el sexagésimo aniversario de su constitución.
Reformularse, pues, para pervivir, en lo que estimamos una plausible decisión por parte de una Asociación que, a un paso de cumplir 40 años, tenía que buscar su lugar al sol, una vez que un nuevo y poderoso actor (en el sentido amplio del término) como la por lo demás bienvenida Academia de Cine de Andalucía, ha irrumpido en el escenario del cine andaluz. Nadie sobra, por supuesto, en la siempre difícil y complicada tarea de apoyar, difundir y promover el cine de nuestra tierra.
Ilustración: El cineasta Manuel Martín Cuenca (izquierda), durante el rodaje en la provincia de Jaén de La hija, clara ganadora de los 34 Premios ASECAN.