Pelicula:

Scott Cooper es un actor norteamericano (Abingdon, Virginia, 1970) de no especial relieve, que sin embargo desde hace algo más de un decenio viene desempeñándose también como director, con una carrera que, en este caso, sí resulta relevante. Debutó con la estupenda Corazón rebelde (2009), sólido drama sobre un cantante country en decadencia que consiguió dos Oscars, uno de ellos para un formidable Jeff Bridges, inmenso en su papel; La ley del más fuerte (2013), que no le conocemos, tiene buenas referencias como poderoso thriller de acción; en Black mass: estrictamente criminal (2015) dio un salto cualitativo al ser protagonizada por una estrella como Johnny Depp, en uno de esos papeles oscuros que de vez en cuando le gusta hacer al actor de Piratas del Caribe, el muy personal biopic sobre una mala bestia con forma humana que habitó en Boston en el siglo XX, un gánster del que se podría decir que, si su madre hubiera abortado, el mundo hubiera sido un poco mejor; y con Hostiles (2017) Cooper nos regaló un neowéstern de esencias muy clásicas, una historia tradicional del Oeste pero contada a la manera del siglo XXI, con una pareja espléndida, Christian Bale y Rosamund Pike.

Ahora Cooper, que como vemos es ecléctico en sus temas, afronta un film de terror puro, este Antlers (literalmente, “cornamenta”), pero, como cabría esperar, tiene irisaciones de otros temas, fundamentalmente el drama paterno-filial, secundariamente también el drama fraternal. La acción se desarrolla en nuestros días: Frank es un yonqui que malvive trapicheando con basura y chatarra; ahora está recuperando lo que puede de una vieja mina. Su hijo mayor, Lucas, de 12 años (tiene otro más pequeño, como de 7 años), le espera en el coche fuera de la mina. Pero allí dentro hay algo horrible, y ataca a Frank... Damos un salto temporal y vemos más adelante que Lucas, en su casa, al parecer solo, entra en una habitación que tiene fuertes cerrojos por dentro... Simultáneamente, Julia, la profesora de Lucas, se da cuenta de que algo le pasa al chico, encerrado en sí mismo y con recurrentes dibujos de horribles formas...

El wendigo es una leyenda de las comunidades nativas norteamericanas, una criatura monstruosa, coronada con una cornamenta (de ahí el título original de este film), que tiene una larga trayectoria en la cultura de Estados Unidos y Canadá, con muestras tan ilustres como el relato El wendigo, de Algernon Blackwood, publicado en 1910, o la utilización que del mismo hace Lovecraft en sus Mitos de Cthulhu, bajo la advocación del dios Ithaqua. La historia que nos cuenta Cooper enlaza directamente con esta leyenda amerindia, pero también nos presenta, como decíamos, una historia de amor familiar: sobre el pequeño Lucas, que tiene 12 años pero aparenta 8 como mucho, el chico desvalido objeto de abyecto acoso por algunos de sus compañeros, recaerá la hercúlea tarea de cuidar de su padre y de su hermano pequeño cuando ambos sean transformados por el ataque del monstruo, convirtiéndolos a ellos mismos también en bestias sedientas de sangre, pero manteniendo aún, temporalmente, su cualidad de humanos, lo que supone la mayor de las torturas, hombre y monstruo a la vez. Ese pequeño Lucas narrará en clase, en una de las redacciones que demanda su maestra, la conocida historia del oso grande, el oso pequeño y el oso bebé, que él, quizá subconscientemente, hará suya y transformará en su propia historia, la del crío que tuvo que hacerse cargo de su padre y su hermano menor.

Simultáneamente conoceremos la historia de Julia, a su vez también una maltratada (en este caso por su padre, cuando era pequeña), que mantiene una relación amor/odio con su hermano, el jefe de Policía de la pequeña comunidad. Y es que, aunque de terror, el tema real del film, como cabía esperar en Cooper, que no es precisamente un cineasta que busque el cine comercial “per se”, es la familia, los problemas, las dificultades, las servidumbres de esa entidad nuclear de la sociedad humana; también, claro está, el amor absoluto contra toda esperanza, contra toda lógica.

Rodada con la clase que ya demostró en films anteriores como director, Antlers resulta ser una estimable película de terror con toques humanistas que busca, y parcialmente lo consigue, apartarse de los tópicos del género, intentando dejar de lado los sustitos de rigor, aunque en alguna ocasión incurra en ellos. No obstante, nos parece evidente que Scott Cooper aquí ha estado un peldaño por debajo de sus anteriores, y tan buenas, Corazón rebelde y Hostiles.

Buen trabajo actoral, en un film en el que, por primera vez en la carrera de Cooper como director, no ha contado con un intérprete de relumbrón (antes lo fueron Jeff Bridges, Christian Bale en dos ocasiones y Johnny Depp), sino con humildes actores y actrices de menor fama, como Keri Russell y Jesse Plemons, que de todas formas realizan su trabajo más que correctamente. El que nos parece un hallazgo es el pequeño Jeremy T. Thomas (sí, casi homónimo del productor Jeremy Thomas...), con una rara capacidad para sufrir en pantalla y, lo que es mejor, transmitírnoslo...

(01-12-2021)


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98'

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Antlers: criatura oscura - by , Dec 02, 2021
2 / 5 stars
El oso grande, el oso pequeño, el oso bebé