Esta película está disponible en los catálogos de Filmin y Prime Video.
Que el western clásico está muerto nos parece un axioma. Pero también que el western del siglo XXI, también llamado neowestern, goza de excelente salud. El género cinematográfico por antonomasia, en este nuevo siglo, ha explotado en un venero de historias que, refrescado por nuevos directores, nuevas geografías, nuevos asuntos, lo ha convertido en un atractivo ítem que de vez en cuando nos aporta estimulantes propuestas.
Es el caso: este Hostiles es un film que bebe, evidentemente, del western más clásico, pero se viste con los ropajes del cine más moderno. La historia narrada podría haber sido la de cualquier película de John Ford o Howard Hawks de los años cuarenta o cincuenta: Oeste Americano, hacia 1890. Los indios están siendo confinados en reservas, pero hay grupos que no aceptan esa circunstancia y se han lanzado a suicidas correrías en las que pasan a sangre y fuego a cuantos “rostros pálidos” encuentran. La familia de los Quaid es una de sus víctimas, sobreviviendo solo la mujer, Rosalee, mientras que su marido y sus tres hijos son asesinados. La mujer es encontrada por el regimiento del capitán Joe Blocker; ya en el fuerte, el oficial es encargado por sus superiores de llevar a otro destino a un jefe indio, Halcón Amarillo, enfermo terminal, junto a su familia. El capitán, que ha visto muchas de las atrocidades cometidas por los indios, es renuente a ello, pero su superior le recuerda que su pensión corre peligro si desobedece una orden directa. Blocker y un grupo de soldados seleccionados por él inician el camino, al que se une Rosalee para llegar a la ciudad. Pero el camino estará plagado de amenazas de todo tipo...
Tiene Hostiles, como queda dicho, la hondura de los westerns clásicos, siendo a la vez un neowestern con todos sus avíos. La historia, ciertamente, tiene aromas clásicos: el oficial ya talludito, próximo a la jubilación, cuya vida es el ejército y la camaradería con sus subordinados, a los que guarda (y obtiene de ellos) una lealtad absoluta, y cuya visión del pueblo indio no puede ser peor, se verá abocado, poco a poco, a lo largo de un viaje iniciático exterior e interior, a evolucionar en sus posturas ultramontanas hasta considerar al que creía su enemigo su igual, su amigo, su más digno congénere. Simultáneamente, la relación entre el capitán cuya vida fue hasta entonces solo militar, y la viuda, estragada por la muerte de su marido y sus hijas, empezará a acercarse tan tímidamente, tan calladamente, con escenas bellísimas como la que ambos comparten dentro de la tienda de campaña, acostados y solo mirándose a la cara, sin más, mientras en el exterior repiquetea la lluvia.
Film hermoso, melancólico, transido de nostalgia pero finalmente esperanzado, Hostiles conforma, como otros neowesterns recientes (vale decir títulos como Los hermanos Sisters, Comanchería, La venganza de Jane, Bone Tomahawk, The salvation y Slow West, entre otros), una admirable mezcla de clasicismo y modernidad, aplicando a las viejas virtudes del cine del Oeste la mirada un tanto descreída de nuestro siglo XXI, pero también los mejores recursos técnicos, usados en función de la historia contada.
Scott Cooper, el director, se inició como actor, actividad que prácticamente ha abandonado en beneficio de la de director, en la que ha conseguido ya varios films más que interesantes: la hermosa, nostálgica historia en clave “country” Corazón rebelde (2009), con un gran Jeff Bridges, el potente thriller La ley del más fuerte (2013), también con Christian Bale (que completaba repartazo: Sam Shepard, Willem Dafoe, Forest Whitaker, Woody Harrelson, Zoe Saldana), la percutante denuncia de un crudelísimo delincuente de los años ochenta, Black Mass. Estrictamente criminal (2015), que le permitió a Johnny Depp uno de esos “tour de force” interpretativos que tanto le gustan; y este neowestern de resabios clásicos, donde es posible rastrear la huella, sin copiarla, de films fordianos como Centauros del desierto (1956) y La legión invencible (1949).
Gran trabajo interpretativo de Bale, en un personaje que inicialmente parece monolítico pero al que veremos evolucionar sutilmente, en silencio, sin aspavientos. Rosamund Pike tiene un complejo papel, la mujer cuya vida ha sido destrozada por un ataque criminal, y cómo a lo largo de ese viaje iniciático sabrá comprender que aquellos que comparten raza con los asesinos de su familia no son culpables de su desgracia, y sabrá también abrir su corazón a otra alma torturada. Wes Studi aporta su serenidad, su dignidad, al rol del jefe indio a las puertas de la muerte. Ben Foster parece estar especializándose en villanos, que él resuelve con inteligencia y sin repetir roles; como curiosidad, aparece en un papel secundario Timothée Chalamet, poco antes de alcanzar la fama (y una nominación al Oscar) por su papel en Call me by your name (2017).
(12-09-2019)
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