Ciertamente es curiosa la inyección de cine de terror que está promoviendo, desde España, Julio Fernández, a través de su Fantastic Factory, con películas como "Faust. La venganza está en la sangre", "Darkness", "Dagon" o "El segundo nombre". Realizadas generalmente en coproducción con Estados Unidos, busca el amparo del cine yanqui para distribuirse en todo el mundo, aunque ciertamente por ahora no parece acompañarle la fortuna. Quizá tenga que ver, como ocurre en este "Beyond Reanimator", el hecho de que la producción, más que de serie B, es de serie Z. Aquí presenta un nuevo capítulo de una serie que ya abarca tres títulos: la inicial y genuina "Reanimator", de Stuart Gordon, que revolucionó el cine de terror de los años ochenta aportando generosas dosis de casquería e higadillos varios, con un loco doctor que descubre como revivir a los muertos, aunque sea para convertirlos en monstruos sedientos de sangre; "La novia de Reanimator", continuación de 1990, ya dirigida por Brian Yuzna, nueva vuelta de tuerca al tema, ahora con implicaciones femeninas, y ésta de ahora, también perpetrada por Yuzna, en la que de nuevo aparece haciendo de las suyas el científico chalado, en una cárcel, con la ayuda inopinada de un médico pipiolo y el concurso involuntario de una reportera calientabraguetas.
La película, que parece comenzar con ciertos ribetes de seriedad, progresivamente va deslizándose hacia el delirio, y el guionista echa mano de todo su arsenal de terror y sexo, para fabricar una última media hora que pasará a la historia como uno de los mayores desaguisados que el cine haya dado, un festival granguiñolesco en el que, en medio de un motín, los dos médicos, el majareta y el párvulo, se dedican a revivir a cuantos muertos se les ponen a tiro, con escenas que evidencian que el guionista fue graduado en la asignatura de Sadismo "cum laude" (véanse los ahorcados y resucitados para que sufran indefinidamente los estertores de la muerte...). Pero todo esto está hecho sin orden ni concierto, sin una historia que merezca ser llamada tal, con giros del guión sin explicación ni razón alguna, con personajes que son de barraca de feria (ese alcaide que compone Simón Andréu, que parece la Bruja de Blancanieves en macho...) y efectos especiales que mejoraría un vídeaficionado, todo ello en un batiburrillo que se pretende cultista, con continuos guiños ingenuos al universo de Lovecraft. Finalmente, es tan delirante, churrigueresca y desastrosa, que termina uno encontrándole hasta cierta gracia, cierta simpatía a esta desmesura absoluta, a este disparate con ínfulas.
Beyond Reanimator -
by Enrique Colmena,
Jul 31, 2003
1 /
5 stars
Zombies con caspa
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