Tras los disturbios del Black Friday que acaban con la muerte de varias personas por los atropellos que se producen al entrar para ser los primeros en un supermercado y coger las ofertas más ventajosas, un misterioso asesino se toma venganza un año después en el Día de Acción de Gracias, aterrorizando a la población de Plymouth (Massachusetts), la ciudad donde nació la costumbre de celebrar esa festividad.
Su objetivo se centra en la familia del dueño del súper, su hija Jess y los amigos que ese día se colaron por la puerta de atrás siendo los primeros en entrar con el enfado de los que esperaban fuera, que los vieron a través de las puertas de cristales. Hay escenas de los asesinatos que son de lo más violentas.
El director norteamericano Eli Roth, nacido en Boston (Massachusetts), es un especialista en el género de terror, en el que ha logrado más de una docena de premios con sus películas en los festivales de cine y de la crítica. De él recordarán títulos que fueron éxito como Cabin Fever (2002), Hostel (2005), que tuvo una continuación dos años más tarde, o la nueva versión de Cabin Fever (2016), entre otros.
Ahora regresa a su género preferido con Black Friday (2023), cuyo asesino se refugia tras la careta de Jon Carver, que fue el gobernador de la primera colonia inglesa de Nueva Inglaterra, que no tiene significado para el público español, pero sí para el americano que sabe quien es.
Es una manía de los asesinos lo de cometer sus crímenes en festividades señaladas como el Día de Acción de Gracias, que es el título original de este film, aunque aquí se le ha puesto el de Black Friday que nos resulta más familiar y hace referencia a la primera escena. El argumento no es nada de original, en el que, como ocurre siempre en estos casos, los distintos personajes van cayendo uno tras otro hasta llegar al consabido final en el que siempre se salva la protagonista.
Una diferencia con otros títulos es la intervención de las redes sociales que ocupan un papel en el argumento de esta cinta y a través de las cuales se ofrecen los asesinatos. Otra de las características es que las víctimas son los jóvenes que llevan el argumento adelante, ya que, salvo la policía y la familia de la protagonista, pocos adultos hay en esta historia.
Se hace una referencia a la comida de Acción de Gracias, ya que el asesino pone una mesa a la que sienta a las víctimas que están aún vivas cuyo menú son la cabeza y restos de las asesinadas. Como verán, son escenas que divierten a los espectadores jóvenes adictos a este género, aunque no por ello son menos desagradables.
Está bien llevada por Eli Roth, que es un experto en el género y sabe manejar bien la narración sin recurrir a los sobresaltos que son tan habituales en estas producciones. Como también es frecuente que el asesino sea quien menos se piensa y no tiene justificación su actitud.
Patrick Dempsey está al frente del reparto en el papel del sheriff, mientras que Nell Verlaque encabeza las posibles víctimas, que se lleva el protagonismo.
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