Pelicula:

Entiéndase lo de “sesenta y pico” de forma lata, porque de las cuatro protagonistas de esta por lo demás amable comedia, solo Mary Steenburgen es sexagenaria, mientras que tanto Candice Bergen como Diane Keaton son septuagenarias, e incluso Jane Fonda ya ha alcanzado los 80 “tacos”. Pero, obviamente, todas ellas pueden aparentar, sin mucho problema, que transitan todavía por los sesenta y pico, edad que, sin mencionarla expresamente, se les adjudica a las cuatro féminas por algunos detalles que se citan en la trama.

El lanzamiento de la novela 50 sombras de Grey, original de la escritora británica E.L. James, en 2011 en el mercado anglosajón y 2012 en España, supuso todo un fenómeno social: millones de mujeres que jamás hubieran leído un texto erótico devoraron con fruición esta y sus continuaciones, en lo que fue denominado en una afortunada frase lapidaria como “porno para mamás”. Sus adaptaciones al cine han sido también grandes éxitos comerciales, aunque tanto los libros como las películas no se puede decir precisamente que sean obras de arte, sino más bien productos industriales de muy corto recorrido, aparte de ser muy cuestionables desde el punto de vista de la igualdad entre sexos.

California, en nuestros días. Cuatro mujeres maduras se reúnen en un club de lectura que tienen instituido desde hace décadas. Las cuatro mujeres tienen en común una desahogada posición económica y una edad más o menos similar, aunque después cada una es un tipo distinto: Vivian es libre, emprendedora, independiente, no quiere compromiso, tienes relaciones de sexo sin amor; Sharon es juez federal, divorciada, desde que se divorció hace 18 años no ha vuelto a tener una cita, ni por supuesto sexo; Carol, felizmente casada, sigue enamorada tantos años después, pero su marido parece que ha perdido interés por ella en la cama; y Diane, que se casó muy joven, de penalti, madre de dos chicas que actúan como si ya estuviera senil o gagá, enviudó no hace mucho tiempo de un hombre al que quería; desde entonces, nada de sexo. Vivian les propone a las otras componentes del club de lectura que el próximo libro a leer sea 50 sombras de Grey; tras alguna resistencia inicial, finalmente deciden hacerlo...

El problema de Book club es, probablemente, los estereotipos sobre los que juega, y la previsibilidad del desarrollo de las cuatro situaciones. Mientras que en el planteamiento, con la descripción de las cuatro mujeres y sus cuitas tanto familiares como sexuales, en su caso, y su interés, más o menos explícito, por dar un vuelco a sus vidas sentimentales, está contado con cierta habilidad, jugando con diálogos acerados, autoirónicos, incluso inteligentes, conforme se va desenrollando el nudo y no digamos el desenlace, la historia va perdiendo fuelle y haciéndose más y más tópica. Así, pasará de una mirada un punto cínica sobre la vida de estas cuatro sexagenarias con carencias afectivas o sexuales y cómo ellas mismas se ríen de ello, a cuatro desenlaces cuyas ideas parecen entresacadas de cualquier manual de autoayuda, por no decir de los libros de Paulo Coelho, con un voluntarista mensaje sobre que nunca es tarde para el amor, para el sexo, etcétera. Ello sin hacer sangre sobre el hecho de que las cuatro mujeres son cuatro estereotipos femeninos, carecen de carne y sangre en sentido argumental, son figurados maniquíes que se mueven al albur de los guionistas, y cuya lectura de un libro subido de tono pero manifiestamente inane les cambia la vida (el agente literario de E.L. James debe estar muy contento, sin duda...).

Pero hay escenas sonrojantes por su lamentable conceptuación y realización, como la que protagonizan Fonda y Don Johnson en una fuente, un auténtico desastre, y otras son patéticas, a fuer de groseras, como la del Viagra con Steenburgen y Craig T. Nelson, que en otro tipo de películas sería razonable pero aquí está fuera de contexto.

Bill Holderman es un fiel colaborador de Robert Redford, para el que ha coproducido casi todas las películas que el astro californiano ha interpretado y/o dirigido durante lo que va de siglo XXI. Holderman se estrena como director con este film, y lo hace con cierta corrección, si bien parece claro que lo suyo no es el cine de marcada personalidad. El guion, coescrito por él con la actriz Erin Simms (en lo que supone el debut de esta como libretista), está desequilibrado entre sus dos partes, la exposición y su resolución, perfilándose como más interesante la descripción de tipos y situaciones que cómo terminan resolviéndose.

En cuanto a los intérpretes, esta es una película de actrices, si bien está claro que ninguna se ha esforzado especialmente. Diane Keaton repite, otra vez, el rol de mujer nerviosa, balbuciente, un punto neurótica; Jane Fonda va con el piloto automático puesto permanentemente; nunca fue buena actriz, esa es la verdad, pero con el paso del tiempo y la falta de práctica lo cierto es que está bastante lamentable, además en lo que parece casi una caricatura de sí misma; Candice Bergen fue inolvidable en algunos films de los años sesenta y setenta (Conocimiento carnal, El viento y el león, Ricas y famosas), para después perderse en un océano de productos banales y/o telefilms; aquí quizá sea la que mejor entiende y expresa su personaje, una rígida juez federal a la que le tientan las citas por internet, personaje que ella resuelve con una entonada clave humorística; y Mary Steenburgen, que tuvo algunos éxitos al comienzo de su carrera, como Los pasajeros del tiempo o la woodyana La comedia sexual de una noche de verano, después también se oscureció, reapareciendo ahora en un papel no precisamente recordable. En cuanto a ellos, todos tienen una pinta horrible de estar ahí por la pasta, y no por razón artística alguna, desde un Andy García que va de sobrado a un Don Johnson que nunca fue precisamente Laurence Olivier, y al que la edad lo ha hecho aún peor actor; hasta Richard Dreyfuss, que generalmente es un intérprete muy sólido (aunque con lamentable tendencia al histrionismo), está bastante flojito. Así las cosas, me quedo con la breve aparición de ese lujo de actor secundario que es Wallace Shawn, al que no le hace falta esforzarse para estar siempre brillante, haga lo que haga...


Book club - by , Sep 22, 2018
1 / 5 stars
Amor (y sexo) a los sesenta (y pico)