Breve encuentro

CRITICALIA CLÁSICOS

Esta película está disponible en los catálogos de Filmin, Movistar+ y Amazon Prime Video.

Ante todo Breve encuentro es un film hermoso. Hermoso en su convencionalismo de historia burguesa, en su tópico final feliz-infeliz, en su legendario triángulo. Hermoso y complejo, porque hay algo en la realización de David Lean que trastoca los valores iniciales, antes nombrados. De historia burguesa, de final tópico, de triángulo convencional, pasamos a una historia entrañable, íntima, pesimista, amarga, a una historia que dice bastante y deja entrever mucho más.

Arropada por el envolvente piano de Rachmaninoff, la narración nos cuenta cómo hasta en la vida de una mujer normal, burguesa y amante esposa, puede surgir lo imprevisto, el amor "fou" que dé una nueva dimensión a una vida codificada, monótona y sin altibajos hasta entonces. Un final conservador no nos debe engañar en cuanto a la postura a tomar por el director, ya que queda bien patente la amargura de la resolución final, lo absurdo de la decisión, lo inoperante de las imposiciones.

Obra romántica y acaso llena de tristeza, considerada en las historias del cine clásicas como un no-va-más del cine amoroso y de autor, su cotización bajó considerablemente en los últimos tiempos por culpa de una visión un tanto estrecha y puramente argumental, una visión que se ceñía exclusivamente a las circunstancias de la acción, y no a los entresijos de los personajes, elemento éste indispensable para la justa valoración de la obra de Lean.

Muy lejos de sus posteriores superproducciones (El puente sobre el río Kwai, Lawrence de Arabia, Doctor Zhivago, La hija de Ryan…), David Lean hace aquí su film más sencillo y sensible, más pobre y enriquecido a un tiempo, obra menuda y transitoria, con unos actores ajustados (excelentes Trevor Howard y Celia Johnson), unos medios simples y un tono reposado y tranquilo que potencia al máximo la historia que se nos está contando, ese breve encuentro de sus protagonistas. La propia sencillez le hace resistir mejor el paso de los años transcurridos y la película de Noel Coward y David Lean se contempla ahora en la misma actitud que en su lejano estreno, fuera de modas y corrientes, como una muestra clásica de un modo  de entender el cine.