Pelicula:

Puede parecer que el paralelismo del titulillo es forzado, pero nada de eso: tanto la ahora célebre Cándida como el popularísimo Chiquito de la Calzada han compartido vidas bastante similares: ambos han pasado más fatiguitas que Carpanta, una fregando escaleras y aguantando una recua de hijos descerebrados, el otro cantando hasta las horas que clarea el día para señoritos andaluces por poco más de una copa de vino y veinte duros (al cambio, pongamos 60 céntimos de euro…). Los dos también han conocido la fama ya a edad más que avanzada, cuando otros están pensando (si es que no están ya inmersos en) la jubilación. Ambos también tienen un peculiar metalenguaje, en la que basan buena parte de su singularidad: Chiquito ha creado todo un vocabulario personalísimo, eufónico y descacharrante, y ha logrado que media España (y la otra media no porque tiene demasiado sentido del ridículo…) lo imite peor que mejor; Cándida, por su parte, mezcla frases hechas con palabras de sonido parecido (“tanto va el cántabro a la fuente que al final se rompe…”) o directamente cambia unas palabras por otras (“vino aquella mujer hecha un asterisco”). En ambos casos, además, esa fama tardía les permitirá vivir lo que les quede de vida sin las penurias de sus años mozos.


Demostrada las vidas (casi) paralelas de Cándida y Chiquito, nos ceñiremos a la película de Guillermo Fesser. Lo primero que hay que decir es que Fesser (componente del dúo humorístico Gomaespuma y hermano de Javier, director de El milagro de P. Tinto y La gran aventura de Mortadelo y Filemón) ha tenido más valor que El Guerra: la biografía, casi docudrama, de su asistenta, es poco menos que suicida desde un punto de vista de la taquilla; de hecho, el primer fin de semana se ha saldado, en cuanto a su recaudación, con unos bien magros 230 mil euros y un noveno puesto en el “ranking” español de la semana, cuando se había lanzado a bombo y platillo con la (ahora se sabe que vana) esperanza de disputar la cabeza de la lista a “blockbusters” como Eragon.


Batalla perdida de antemano, por eso mismo se antoja más simpática esta empresa quijotesca, hacer de una mujer tan esforzada y corajuda como (digámoslo sin ambages) semianalfabeta la protagonista de su film. Además, para más inri, resulta que Guillermo es bastante más desaliñado que su hermano Javier, con lo que Cándida resulta ser, formalmente, bastante churretosa. No digamos en cuanto a la historia que nos cuenta, que avanza a trompicones, sin idea mayormente cabal de lo que es el ritmo narrativo (¡ay, Aquel ritmillo del hermano Javier, aquí coguionista...!), con una impresión argumental de “copia-pega”, con gags incrustados de cualquier manera, con personajes delirantes, si no fuera porque, en el fondo, sabemos que la caricatura de los hijos no deja de corresponderse, y de qué manera, con la realidad más brutal: el yonqui, el majara, la vivalavirgen…


Cándida cae simpática, irremediablemente, pero no es una buena película. Me alegro sinceramente del éxito de Cándida Villar, su protagonista, y de que en el último recodo del camino disfrute de los placeres, seguramente sencillos en su caso, que proporciona generar buenos ingresos, aunque sea como supuesta crítica de cine en el programa radiofónico de Gomaespuma. Pero fílmicamente no se sostiene, por mucho que amemos el cine español. No será este el camino por el que nuestra cinematografía consiga levantar una industria merecedora de ese nombre.


(27-12-2006)


 


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103'

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Cándida - by , Apr 04, 2022
1 / 5 stars
Cándida y Chiquito, vidas (casi) paralelas